“La lluvia no daña mi fiesta/ la lluvia no daña mi vacilón”, pareció haber cantado el Gobierno el lunes con los torrenciales aguaceros que trajo Grace, y efectivamente no la dañó, solo la pospuso para esta noche cuando el presidente Abinader dirigirá al país una alocución por todo lo alto. Luego de consultas con todólogos y eruditos en asuntos palaciegos, no tiene parangón una celebración así para un aniversario, ya sea el primero o el último, por lo que aparenta ser una rendición de cuentas tipo la del 27 de febrero, con la diferencia de que, para hacerla más grande, estuvo antecedida de muchas rendicioncitas de cuentas de cada ministerio. Fiesta pues, y mañana gallo.

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