Con el asunto de prohibir el ingreso a nuestros hospitales de parturientas haitianas, con lo cual es difícil estar de acuerdo, han sacado cabeza los grupos y personas pro haitianas del país y del extranjero que no habían dados señales de vida en esta coyuntura. Su nacionalismo es haitiano, no dominicano, porque nunca se les ve cuando de defender la soberanía nacional se trata o para exigir a la comunidad internacional que se haga cargo de Haití. Se esconden, guardan silencio, no dan la cara por República Dominicana, pero son diligentes para defender a los haitianos. Está bien que algunos son financiados para que hagan eso y hasta para demandarnos en tribunales internacionales pero, ¡caramba!, lo menos que pudieran hacer es mostrar coherencia y no solo ver los intereses de los haitianos.

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