Con el anuncio de que el Gobierno distribuirá un bono navideño en tarjetas de a 1,500 pesos cada una, vale recordar que esa iniciativa, pensada para que los pobres no hicieran filas ni se apretujaran “indignamente”, también sirvió para beneficiar a senadores, diputados, alcaldes y hasta regidores, que se repartieron las tarjetas entre los suyos. Esa vez el escándalo no fue mayor, porque hubo otra repartidera que lo opacó, y fue la millonada que regaló Peña Guaba a los artistas. Ojalá que ahora la ayuda llegue a los pobres y no a políticos que se llevan la mayor tajada para sus casas. Es un dinero que sería mejor que vaya a los vulnerables, o que se vuelva a las largas filas para “indignamente” alcanzar su cajita o su fundita.