La gente está tentada a creer que con los corredores de autobuses se comenzaría la solución a los problemas en el transporte público de Santo Domingo, aunque esa misma gente se muestra conservadora porque quienes van a dirigir son los mismos transportistas, ahora con traje de empresarios. Los hechos violentos, principalmente en el corredor de la Charles de Gaulle, y el tira y jala en otras rutas, hacen pensar que es el mismo bacalao, aunque venga disfrazado, y que quizá falte mucho para poder zafarse del carro de concho o de la “voladora”, en los que hay que pagar un pasaje para ser llevado como un paquete, en unidades viejas, sucias y destartaladas, sometido al trato descomedido de choferes y cobradores maleducados, que amontonan a las personas a los gritos.

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