Tomar una fecha en el calendario para celebrar a los árboles fue una decisión del Gobierno dominicano establecida en el decreto 2944 de 1957, que instituyó esa conmemoración el primer domingo de mayo, pero como ese año cayó el día cinco, así se ha mantenido desde entonces.

Parecería ocioso destacar la importancia de los árboles, cuando el cambio climático, el calentamiento global y el agujero de la capa de ozono son temas cotidianos que preocupan a los expertos, a los ecologistas y a la población en general, pero nunca está de más resaltar que cada árbol es un ecosistema que preserva cientos de formas de vida, que brinda sombra y cobijo a los seres humanos y embellece los paisajes.

No acaba aquí el conjunto de sus beneficios porque, por ejemplo, cuando se trata de especies frutales, desde los cítricos hasta los mangos, los aguacates o los durazneros, constituyen fuentes de alimentación y su siembra organizada y controlada forma parte de nuestras exportaciones y fuentes de empleo para cientos de personas.

Como ecosistemas, los árboles son el hogar de muchas especies de aves endémicas, algunas de ellas en peligro de extinción, de ahí su evidente contribución a la biodiversidad, y en el caso de las caobas, algarrobas y eucaliptus, se trata de especies maderables, es decir que su tronco y hasta sus ramas pueden usarse para fabricar muebles, escritorios, sillas y otros artículos valiosos.

Muchas especies son verdaderos supermercados de la naturaleza porque no solo se aprovechan sus frutos sino también todo el cuerpo del árbol y hasta el aserrín en usos industriales.

Sin embargo, el gran problema que afronta el mundo actual es la tala indiscriminada, que cada año engulle millones de árboles y arrasa con bosques enteros, lo que altera el delicado equilibrio de la naturaleza y causa un aumento de las sequías, elevación de las temperaturas, inundaciones en determinados lugares, precisamente por falta de árboles que, además de absorber la humedad de las lluvias, puedan detener el avance de las aguas.

La importancia del árbol debe remarcarse desde la escuela y este día debiera servir también para promover la siembra de especies endémicas en todo el país, sobre todo en las ciudades, donde el exceso de cemento y asfalto hace más intensos los veranos.

Cuidar los árboles, sembrarlos y cultivarlos, es una de las tantas maneras de apostar a la vida.

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