Muchos se preguntan: ¿Pero fue este pueblo de desmemoriados de su propia historia el que en 1965 protagonizó la guerra contra el yanqui invasor? ¿Pero fue este pueblo, que acepta las falsas promesas como si fueran ciertas y habla de democracia como si la creyera, el que tomó el fusil en la trinchera del honor? ¿Pero fue este pueblo, olvidado de toda conciencia, el mismo que se hizo inmenso de dignidad en Ciudad Nueva? Dúdenlo. Es su derecho. Pero aquel Abril nos enseñó tres cosas: 1) Nunca es más oscura la noche que cuando va a amanecer; 2) En este país el día más claro llueve, y 3) De cualquier yagua vieja sale tremendo ciempiés. (Créalo o no usted).

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