Se mueve presuroso en yipetón de vidrios oscuros, con cargabultos, guardespalda y franqueador y sin ley que lo detenga. Aunque apriete el verano, nunca se quita el saco y la corbata. Usa tres celulares para llamadas ascendentes, descendentes y horizontales (incluyendo a la querida). Tiene casa grande, apartamento para las “jugadas” y villa campestre y/o en la playa. Ingresa millones cada mes, aunque no usa dinero, pues todo lo que consume el alto funcionario, con o sin tarjeta, en pesos o en dólares, lo paga el Ministerio… (No se sabe si él le sirve al Estado o si el Estado le sirve a él).

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