Ayer cometí un acto de temeridad muy riesgoso (¡No sé cómo sobreviví!): recorrí el horrendo callejón Duarte, dedicado supuestamente a honrar (¡Vaya honra!) la memoria del Padre de la Patria, otrora amplia y arbolada avenida que la idiosincrasia dominicana, en su manifestación más radical, convertiría en un enorme arrabal…Y al vivir tan opresiva experiencia me permito exigir que le pongan otro nombre a ese inmundo callejón y que nuestra vía urbana más importante, dedicada a George Washington (¡Hágame el favor!) sea renombrada como auténtica avenida Juan Pablo Duarte. (Ojalá me hagan caso, aunque lo dudo).

Posted in Fogaraté

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas