En “La Mancha Indeleble”, uno de sus cuentos más célebres, Juan Bosch define el partido de mandamás absolutista (Stalin y Trujillo, por ejemplo), en el que todos deben quitarse la cabeza y dejarla afuera, pues adentro sólo se permite pensar con la del líder máximo. Bosch emuló ese modelo en el PLD, en el que, desde su fundación, sólo dos militantes se han negado a pensar con cabeza ajena: Rafael Alburquerque, muchos años atrás (aunque tuvo que encapucharse), y ahora José Laluz, que habla claro, en voz alta y sin capucha: “El PLD no es más que un colmado de Danilo”… (Creo que en ese partido -¡Por fin!- se está por armar la de no te menees.

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