Parece que el Partido Revolucionario Moderno (“Moderno”… ¡Qué ocurrencia!) podría convertirse en un verdadero partido, y no un simple órgano electorero que no orienta al Gobierno ni mucho menos al pueblo, con “dirigentes” insípidos que niegan su procedencia perredeísta (lo que Luis Abinader no debe celebrar). Y lo digo porque en ese partido empiezan a expresarse, adentro y afuera, corrientes críticas con figuras frontales como Guido Gómez Mazara y Ramón Alburquerque, lo que debe motivar que de vez en cuando veamos saludables discusiones, con ecos hacia sus masas…(Masas tan discretas que hoy no se ven ni se oyen).