Noviembre ha sido escogido como Mes de la Familia en República Dominicana desde 1971, en virtud de esta ser base fundamental de toda sociedad. “Familias sanas, con desarrollo integral sano, genera sociedades sanas”. Esta ha sido la única motivación por la que desde hace unos 13 años desde este medio hemos estado semana tras semana tratando de llevar orientación, guía, pero sobre todo valores morales y espirituales, intentando aportar un granito de arena a las mismas.
Hace unos días viví dos hermosas experiencias, una detrás otra en lugares diferentes. En una lavandería, pregunté al joven que me atendía cuánto costaba sacar una copia de llaves (ya que también dan ese servicio): “No sé. Pregunte en el mostrador”, respondió. Al salir, me detuvo un jovencito quien recibe en la puerta, diciéndome: “¿Quiere saber cuánto cuesta? Yo se lo averiguo”, con mucha responsabilidad e interés. “¿Qué edad tienes?”, le pregunto. “20 años”, respondió. “¿Estudias?”. “¡Sí, claro! Estoy en 5to semestre de psicología clínica”. Esto me motiva devolverme y externarles a los demás empleados la valía y compromiso de este para la empresa que trabaja. Pero, un poco antes, en otra empresa, de la cual salió la propietaria conmigo a despedirme al área de parqueo, se quedó conversando un poco, y en unos 10 minutos salió su nieto, de forma discreta, también muy joven, a observar que no había entrado. Me encantó su actitud y la resalté. Su abuela, orgullosa y feliz, dice: “Es que casi lo he criado, ya que su mamá vive conmigo, y me adora. Es mi cuidador”.

Suelo ejemplificar con vivencias propias, ya que es la fuente que me motiva a seguir escribiendo por tanto tiempo, y me dejan ver cosas como esta, donde no es verdad que todo se ha perdido, que no hay esperanza para las familias y futuras generaciones. Como ellos tenemos la gran mayoría de nuestros jóvenes, lo que pasa es que lo malo hace mucho ruido, de forma parecida a una carreta vacía arrastrada en nuestras calles. Es por ello, familia dominicana, que te invito celebrar cada día tu valor, velar celosamente por el desarrollo y mantenimiento de la unidad interna entre sus miembros, timón que sostiene todo viento de amenaza, antivalores que solo traen como consecuencia distorsión, daño, toxinas que te enferman. Aplausos a todas, dirigidas por uno o ambos padres, pero que luchan por la salud mental y física de sus hijos, sin importar edad.

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