“Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros” (Mateo 1:21-23).

Aprovechando la oportunidad de conmemoración del Día Internacional de la Mujer, he querido iniciar con el evento más relevante ocurrido en la humanidad, el cual está representado por una joven mujer, quien a través del profeta Isaías había sido anunciado que de ella nacería el Salvador, aún para los escépticos es imposible negar que Él dividió la historia del mundo en un antes y después.

La reina Ester, una figura relevante de Las Sagradas Escrituras, intervino ante el Rey, su marido, quien tenía un veredicto para eliminar a los judíos (que era pueblo de ella, pero él no lo sabía), evitando así que este se cumpliera. Débora, primera jueza de Israel, quien antes de esto era consultada por las principales figuras de gobierno de la época. Sarah, quien rompe con los esquemas de la naturaleza, tuvo a su hijo Isaac a los noventa y tantos años, cumpliéndose así la promesa hecha de parte de Dios a su esposo Abraham.

Con este recorrido bíblico, y aún faltan otras tantas que intervinieron en cosas de gran relevancia para sus pueblos y, en el caso especial de la Virgen María, para toda la humanidad, vemos el papel nuestro en todos los tiempos, quedando demostrado nuestro verdadero valor. La Biblia también compara la Iglesia con la novia, destacando de nuevo con esto nuestro rol.

En nuestro país hemos tenido mujeres de gran relevancia como Concepción Bona, María Trinidad Sánchez, Las Hermanas Mirabal, entre otras tantas más, todas con papeles protagónicos en nuestras libertades y en lo que somos hoy como país. No puedo dejar nunca la mujer que más admiro del siglo XX, la Madre Teresa de Calcuta, quien se dio tanto a los pobres y a los demás, ocupando posiciones en las esferas más altas de todo el mundo, y viviendo de la manera más pobre, muy parecida a Jesús, dejando un gran legado de amor, entrega y sacrificio.

Una cita de esta última he incorporado a mi vida, y es la siguiente: “Hay que dar hasta que duela”. Por tanto, cuán grande es el papel de nosotras, y el más relevante de todos, ser madres, ¿te parece poco? Bendecido para nosotras ,nuestro Día, Mujeres.

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