Los primeros días de julio han traído un poco de respiro a la sociedad dominicana que, de mantenerse como ahora, indica que hay buenos augurios de crecimiento, de corrección de males, de seguridad alimentaria y de un poco de orden en el desastrosos tránsito.

El patrullaje y las acciones mixtas de los agentes policiales y soldados han logrado traer un poco de sosiego a la sociedad disminuyendo las acciones criminales como asaltos, atracos y raterismo a partir de operativos que parece han logrado su objetivo. Traer un poco de tranquilidad.

Otro paso importante es del registro de los motoristas que, sin lugar a dudas, son el terror del tránsito y cuya regulación permitirá identificar y sancionar las violaciones abusivas a la Ley.

A esto hay que sumar la decisión de las autoridades de incrementar la producción en el campo a partir de proyectos con financiamientos blandos, mejoramiento de la tierra fértil y los anuncios de retoma de los operativos de reforestación, sobre todo, en las cuencas de los ríos y arroyos.

A esto se le suma la dedicación de buenos dominicanos y el auxilio del Gobierno para que no falte la comida y los niveles de pobreza tengan números agradables, como lo han reconocido a nivel internacional.

Estos pasos, cuyos beneficios se han dejado sentir en julio, espero que no se vean como una simple percepción y que los efectos positivos sean el norte y garantía de que vamos ciertamente recobrando la paz, la seguridad y el libre tránsito.

Sin embargo, esto no significa que debemos bajar la guardia pensando que todo ya está bien. Debemos seguir alertas y contribuyendo, en la medida de los posible, para que el país, la patria legada por Duarte, Sánchez, Mella y Luperón, reciba lo mejor de sus buenos hijos. Estos son buenos augurios.

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