Desde los albores del siglo XXI, la humanidad ha experimentado grandes cambios en la tecnología, en construcción de nuevos modelos para generar riquezas y en la cruenta lucha por el poder universal, lo que ha traído gran dinamismo en la convivencia humana.

Sin embargo, todo esto ha carecido de un ingrediente muy importante para la convivencia pacífica y una mejor humanidad. Se trata de un mayor nivel de valoración por la vida, más comprensión de unos y otros, así como romper con decisión las ataduras del Yo.

El 2023 es un año que nos coloca en el trayecto de la experiencia, luego del prolongado sufrimiento causado por el Covid-19, la guerra entre Rusia y Ucrania, así como la terrible confrontación fría entre las principales potencias, para dar el giro que se requiere en favor de la paz.

Los dominicanos tenemos por delante serios retos con nosotros mismos y con nuestros conciudadanos y debemos aprovechar el tiempo para limpiar nuestros sentimientos, darle valor a la vida, humanizarnos un poquito más y volver a ser lo que éramos antes de todo esto.

Un pueblo alegre, feliz y el mejor anfitrión. Los dominicanos contamos con grandes bendiciones de la naturaleza, una media isla con ríos, montañas, playas y bosques que nos colocan en la gracia del turismo y de la producción alimentaria, pero debemos darnos un poco más para preservar lo que tenemos y defender el regalo de Dios.

El 2023 debe convocarnos a la reflexión para mejorar nuestra conducta, ser más amorosos, comprensivos y humanos y con la mente en un solo ideal. Luchar sin descanso por un mejor país, libre y realmente soberano.

Esperemos que el rencor, el odio, las diferencias políticas y sociales no nos arropen en este ciclo y que podamos salir airosos de los riesgos e inconvenientes que puedan presentarse, como hombres y mujeres de fe, nacidos en esta tierra bendecida por Dios. Feliz 2023.

Posted in Punto y Coma

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas