La situación que afecta al mundo incide negativamente en las sociedades avanzadas, pero con marcado acento en naciones en desarrollo como nuestra República Dominicana. La secuela de la pandemia, el golpeo directo de la guerra entre Rusia y Ucrania, así como otros factores económicos y políticos, nos obligan a reinventarnos para salir airosos.
En este contexto, debemos recurrir a la gran capacidad de los dominicanos de crecerse en los momentos más difíciles para convidarlos a que hagamos un alto en las lamentaciones, en las expresiones de tristeza, para dedicar ese tiempo a pensar en qué hacer para siempre tener para comer, seguir viviendo y sostener a nuestras familias.

República Dominicana es un país bendecido, tierra fértil, grandes riquezas naturales que ayudan, si nuestra voluntad se pone de manifiesto podremos sembrar para comer y alimentar a otros.

El menor de los patios, el mayor de los conucos y la parcela más amplia deben prepararse para sembrar desde hortalizas, oleaginosas, bulbos, víveres, frutos mayores y perennes que, al final de la jornada, nos pondrá en el camino de sortear esta y cualquier otra crisis particular o externa. Sembrar ahora productor de ciclo corto y mediano nos ayudaría sobre manera a tener siempre que comer y ayudar a nuestros hijos a seguir adelante.

No solo el campo, sino también la ciudad, esperan por ti y por mí para que llevemos esa voluntad férrea al seno de la tierra para preñarla y hacerla parir los alimentos que requerimos, para mitigar los efectos de la incomprensión del mundo y de los golpes de la propia naturaleza.

Los gobiernos no pueden resolverlo todo, pero con su ayuda y nuestra decisión, podremos contribuir sobre manera a superar la ya difícil y amarga situación que nos afecta, sobre todo, con la alimentación y los insumos para producir lo que necesitamos para sobrevivir.

Echemos una mirada especial al campo y pensemos que de allí venimos como nuestros ancestros y que ahora se requiere de nuestro sacrificio para sembrar y esperar pacientemente la cosecha para comer. Es hora de actuar.

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