Llegamos a este mundo sin boleto de viaje ni factura, la ignorancia nos hizo sumisos al aprendizaje, luego las experiencias nos dotaron de lentes y filtros para ajustar los acontecimientos antojadizamente o a conveniencia. Nuestros ángulos, equidistantes al de las víctimas de las circunstancias, tampoco perciben claramente al oportunista espiritual cuya sed fue saciada en el estanque del placer, cuyo “don” de luces de neón es un artefacto prefabricado para impresionar a un mundo ignorante, idólatra y aturdido, que prefiere discutir la Biblia en vez de invertir tiempo en escudriñarla, que busca respuestas pero no “la verdad”. La vida tiene formas crueles de pasar factura a la ignorancia, la incredulidad y la insensatez. No busques una nueva filosofía o revelación, busca a Jesús y su perdón, ¡entonces hablamos de vida!
¡Luces de neón!
Llegamos a este mundo sin boleto de viaje ni factura, la ignorancia nos hizo sumisos al aprendizaje, luego las experiencias nos dotaron de lentes y filtros para ajustar los acontecimientos antojadizamente o a conveniencia.
