No importa cuánto la verdad puede liberar un corazón si el orgullo se apodera de él. Todos giramos en un mundo que está en rotación, uno que solo Dios controla… Venimos del polvo, viajamos en su pensamiento, somos su aliento, y existimos porque él quiere, por un brevísimo instante de eternidad. No escogimos nuestro nombre, ni nuestra raza, ni los padres, ni la familia, ni la hora o el día de nacer o morir. Nos escogió y nos amó primero.

El amor puso al hombre en el Edén, la estupidez lo sacó pero su orgullo aún lo mantiene fuera. El éxito es el edén de este lado. Entonces no te marees, la única razón por la que el orgullo te lleva a la cumbre es para lanzarte desde allí.

Posted in Rosas para el alma

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