Paul y Nancy Potter eran dos misioneros estadounidenses de la Iglesia Bautista que llegaron en 1966 a Santiago, la segunda ciudad más grande de la República Dominicana, donde comenzaron una labor de altruismo médico y de evangelización.

Allí realizaron una serie de servicios en una residencia alquilada, donde establecieron una especie de clínica, lo que produjo que muchos dominicanos de las clases más desposeídas asistieran en busca de sus servicios.

Para 1970, los Potter tenían dos iglesias florecientes y tres capillas misioneras, por lo que pensaron en la posibilidad de tener otras cinco iglesias para el final de su próximo mandato.

Nunca alcanzaron ese objetivo. Temprano en la mañana del 7 de julio de 1971, David, el hijo de los Potter de diez años, descubrió los cuerpos de sus padres empapados en sangre.

Mientras los niños dormían pacíficamente en sus habitaciones separadas, los intrusos golpearon y apuñalaron a sus padres hasta matarlos.

El robo se consideró inicialmente como un motivo, luego se descartó porque se sabía que los Potter vivían modestamente en una pequeña casa. Muchos consideraron la posibilidad de que Paul y Nancy hubieran sido asesinados por terroristas antiestadounidenses y comunistas.

Un reportero dominicano señaló que «¡Muerte a los yanquis!» había sido garabateado en la parte trasera del auto de los misioneros.

No obstante, muchos dedujeron que eso era una estrategia para despistar a los verdaderos culpables del hecho.

Otra hipótesis fue que un pequeño grupo de médicos dominicanos y farmacéuticos pagaron a algunos matones para asesinar a la pareja. Sin embargo, la información nunca fue confirmada.

Desde aquella tragedia, 51 años han transcurrido sin que se sepan quienes fueron los perpetradores materiales e intelectuales.

Posted in Caribe InconclusosEtiquetas

Las Más leídas