Dentro del cerebro de Sophía, la robot que se hizo tendencia en RD
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«Mi respuesta fue un poco distorsionada». Así respondía Sophia, la robot protagonista del Foro Global de Funglode, a la polémica generada por la presunta manipulación de parte de su intervención con el expresidente Leonel Fernández. Un momento que se hizo viral matizado por el actual debate político y que revitalizó el interés por la robot humanoide de Hanson Robotics, la primera «robot ciudadana» del mundo.

Fue por allá por el que ya parece «tan lejano» 2017 que Sophia se presentaba en televisión en el show de Jimmy Fallon.

«Trajiste a una amiga y realmente me está asustando”, le decía el presentador de The Tonight Show a David Hanson, director ejecutivo de Hanson Robotics, antes de inspeccionar a la robot humanoide en el escenario. Sophia levantaba una ceja mientras mira más allá de los dos hombres en el escenario.

Hanson explica lo que hace Sophia: «es un robot social que usa inteligencia artificial para ver personas, entender conversaciones y formar relaciones».

“Así que básicamente está viva; ¿Es eso lo que estás diciendo?» pregunta Fallon, en medio susurro.

«Oh, sí, básicamente está viva», responde Hanson. Luego gira el robot hacia Fallon para una breve conversación. Sophia dice que The Tonight Show es su programa favorito y luego sugiere que tal vez debería ella presentar el programa. «Me estoy riendo», dice Sophia.

El cerebro de Sophia (ya no es tan) de Ciencia Ficción

En la superficie, Sophia es aterradoramente similar a los robots impulsados ​​​​por IA en películas como Her o Terminator’s Skynet. Puede hacer bromas, hacer expresiones faciales y aparentemente entender lo que sucede a su alrededor. La inteligencia artificial que usa es llamada por los especialistas en el campo «IA general». Es decir, puede aprender de una experiencia y aplicar ese conocimiento a nuevas situaciones, como lo hacen los humanos.

No obstante, si bien algunos laboratorios, como Hanson Robotics (el creador de Sophia) y un equipo ligeramente engañoso en Facebook, están trabajando en IA general, nadie ha podido crearla del todo aún.

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Sophia junto a David Hanson, su creador

Cuando Sophia está hablando en televisión, en un foro como el de Funglode o en Naciones Unidas, en realidad se está dando la mano. Puede determinar cuándo es el momento adecuado para decir algo, pero esas frases concisas no son de la robot.

Hanson Robotics dice que si bien Sophia es una malla sofisticada de robótica y software de chatbot, no tiene la inteligencia humana para construir esas respuestas ingeniosas. Técnicamente, Sophia es más una interfaz de usuario que un ser humano, lo que significa que puede programarse para ejecutar un código diferente para diferentes situaciones. 

Por lo general, el software de Sophia se puede dividir en tres configuraciones:

  1. Una plataforma de investigación para la investigación de IA del equipo. Sophia no tiene respuestas ingeniosas preescritas, pero puede responder preguntas simples como «¿A quién estás mirando?» o «¿La puerta está abierta o cerrada?»
  2. Un robot recitador de discursos. Hanson Robotics dice que Sophia puede «precargarse» con texto que hablará y luego usar el aprendizaje automático para hacer coincidir las expresiones faciales y las pausas con el texto.
  3. Un chatbot robótico. Sophia a veces también ejecuta un sistema de diálogo, donde puede mirar a las personas, escuchar lo que dicen y elegir una respuesta escrita previamente en función de lo que dijo la persona y otros factores recopilados de Internet, como el precio de una criptomoneda.

De las IA que son populares, probablemente el análogo más cercano a ese sistema de diálogo sería Siri. Es una especie de bot conversacional, y tiene un poco de comprensión contextual, y en el backend llama a todos estos servicios diferentes.

El aporte de Sophia

Las mejores IA de la actualidad actual puede realizar tareas muy específicas. Puede transcribir nuestro discurso en palabras o traducir fragmentos de texto de un idioma a otro. Puede analizar el rendimiento de las acciones e intentar predecir los resultados y muchísimas tareas más que ya son súper populares hoy en Internet.

Pero todos estos son algoritmos separados, cada uno configurado específicamente por humanos para sobresalir en su única tarea. Un algoritmo de transcripción de voz no puede definir las palabras que está convirtiendo de voz a texto, y tampoco puede hacerlo un algoritmo de traducción. No hay comprensión; son solo patrones coincidentes.

Pero lo que los diseñadores de interacción hombre-máquina han podido hacer es vincular estos algoritmos de IA estrechos para brindar la funcionalidad de un algoritmo más capaz. En el caso de Sophia, un algoritmo de reconocimiento de imágenes puede detectar el rostro de una persona específica, lo que luego puede hacer que otro algoritmo extraiga posibles frases preescritas. Un algoritmo de transcripción puede convertir la respuesta de la persona en texto, que luego se analiza para que coincida con una respuesta preescrita adecuada, o incluso con una cadena de respuestas preescritas.

Los expertos que han revisado el código fuente abierto de Sophia, que está publicado en GitHub, están de acuerdo en que la descripción más adecuada de Sophia es probablemente un chatbot con rostro. Pero eso no significa necesariamente que el software que usa Hanson para crear un robot holístico sea trivial. La mayor contribución de Sophia es probablemente tener muchos componentes similares a los humanos trabajando juntos.

Finalmente, y aunque construida para imitar inteligentemente la forma en que los humanos interactúan, Sophia tampoco es «un signo del apocalipsis» de los robots. Pero comprender cómo funciona Sophia es crucial cuando se habla de algo tan importante como otorgar preponderancia a los robots antes que a las personas, y qué implicaciones podría tener cuando la IA general o su apariencia están más cerca de lo que están hoy.

Posted in Ciencia y Tecnología, Panorama

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