Se trata del mecanismo que les ha permitido a los gobiernos la aplicación masiva de los tributos

Recientemente, en las redes sociales y grupos de WhatsApp se difundió la información de que el Gobierno había establecido un nuevo impuesto sobre las compras con tarjeta de crédito y débito, lo que causó nerviosismo en la población. Se generaron diversas publicaciones, videos, podcasts y comentarios con argumentos en contra de la medida. Finalmente, la DGII aclaró que no se trataba de un nuevo impuesto, sino de la retención del 2% del ITBIS que se aplica desde hace 20 años en los pagos con tarjetas. Como parte de sus medidas de control, había identificado comercios que erróneamente no estaban siendo objeto de dicha retención, conminó a los agentes de retención (compañías de adquirencia, entidades de pago electrónico y agregadores de pago) a su aplicación de manera inmediata.

El sistema tributario dominicano, al igual que los sistemas tributarios en todos los países, descansa en el uso de regímenes de retención de impuestos. Según Keen y Slemrod, aproximadamente el 85% de los impuestos recaudados en los países desarrollados proviene de retenciones, proporción que se mantiene en los países en vías de desarrollo. De acuerdo con estimaciones propias, de los RD$846.5 mil millones que recaudó la DGII en 2024, el 75% se obtuvo vía retenciones de impuestos, porcentaje similar al identificado por estos expertos a nivel global.

Esta dependencia tiene una razón obvia, es mucho más fácil recaudar impuestos controlando una pequeña cantidad de contribuyentes, en lugar de a todos los obligados tributarios. Sobre la base de las retenciones ha sido posible el aumento masivo de la base imponible, que otorga el rol de agentes de retención principalmente a los grandes negocios que tienden a ser más cumplidores y no necesariamente porque sean más confiables, sino porque están sujetos a más controles y sobre los que se tienen mayores informaciones.

Es una lección aprendida por los gobiernos desde hace años, que comenzó con la implementación del mecanismo de liquidación del impuesto sobre la renta de los asalariados a través del empleador, conocido como PAYE (Pay As You Earn), ampliamente utilizado a nivel mundial por su probada efectividad. El PAYE fue el primer régimen de retención masivo que permitió ampliar la base del impuesto sobre la renta personal al facilitar el cumplimiento de los empleados controlando a sus empleadores. Su aplicación ha sido tan eficiente que posteriormente se convirtió en el mecanismo para el cobro de las contribuciones a la seguridad social.

Con el paso de los años, el uso de las retenciones se extendió hacia otros tipos de renta, como las financieras y las generadas por no residentes, así como a los impuestos al consumo. En estos últimos, el consumidor final asume la carga económica del impuesto, pero no la obligación de pago, que usualmente recae sobre los productores, importadores o mayoristas. De hecho, sobre este principio fue establecido el IVA (ITBIS local), que funciona como retenciones del impuesto entre compradores y vendedores en la cadena de comercialización de los productos.

Otra de las principales ventajas de los regímenes de retenciones es que anticipan el cobro de los impuestos y generan informaciones de terceros, ayudando a las administraciones tributarias a disminuir las brechas de incumplimiento. Como reiteradamente señala Andy Dauhajre, es complejo para las administraciones inspeccionar los estados financieros de las empresas, que cuentan con expertos de impuestos para ocultar la renta. Por ejemplo, para controlar el incumplimiento en el país, las retenciones de ciertos tipos de renta, determinados contribuyentes o sectores gravados con el ITBIS, tienen la característica de pagos definitivos.

Múltiples estudios han destacado este impacto de las retenciones en el cumplimiento tributario, en 2020 William Boning compiló varios de los estudios recientes, en los que todos demuestran que la retención de impuestos está correlacionada con el cumplimiento, tanto de impuesto sobre la renta como de IVA. Vía las retenciones no solo se recaudan más impuestos, sino que también son una fuente de información para las administraciones tributarias.

Lo cierto es que los regímenes de retención están tan arraigados en los sistemas tributarios actuales que, aunque el impuesto a las compras con tarjetas resultó ser una ‘falsa alarma’, la medida demostró cómo las retenciones pueden influir en la percepción de las personas, haciéndoles sentir que se incrementan los impuestos, pese a que estas solo sean un mecanismo de recaudación de los ya existentes..

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