Jaime Rodríguez fusionó su empleo de visitador médico con su pasión por la vestimenta formal masculina

Jaime Rodríguez, de Galenos del Buen Vestir, había intentado en varias ocasiones emprender un negocio e iniciar su vida de empresario, pero como toda persona que comienza desde cero, se lanzaba a la suerte con posibilidades tanto de triunfar como de fracasar.

Rodríguez tuvo responsabilidades desde temprana edad, se casó a los 23 años y por tal razón tuvo que trabajar. Explicó que en ese momento lo hacía por responsabilidad y no por gusto, lo que lo hizo darse cuenta de que no quería verse como empleado en un futuro.

“No es que sea malo ser empleado, pero creo que es una etapa que uno debe cumplir con miras a desarrollar un futuro. Hacer carrera en una empresa toma demasiados años. Vi que premiaban a personas por tener cuarenta años en una empresa pero no había ninguna diferencia, no tenían nada que pudieran mostrar, lo vi y no me agradaba”, indicó.

El empresario estudió mercadeo y ante esta filosofía de vida, llegó a emprender con un carrito de hot dog, una distribuidora de huevos, una fábrica de velas y también se desarrolló como visitador médico. A pesar de que con ninguno llegó a lograr su objetivo, se mantuvo “siempre buscando cositas para poder echar adelante”.

Todos esos intentos, desde fuera pudieran verse como fracasos, sin embargo, para Rodríguez significaron lecciones que le hicieron descubrir la clave para emprender, tener la capacidad de levantarte sin contar las veces que caes y aprender algo nuevo de cada tropiezo.

“La técnica está en cuántas veces logras pararte de todas las veces que te caes, la mayoría de personas se quedan en el suelo, después de dos o tres fuetazos. Incluso nuestros propios padres nos dijeron, estudia y hazte una carrera universitaria, trabaja en una buena empresa y vas a ser feliz, nosotros estudiamos, fuimos a la universidad, comenzamos en una empresa pero no vimos la felicidad y vi el momento de que tenía que dar el paso aunque fuera cayéndome, a emprender algo”, explica el mercadólogo.
Galenos del Buen Vestir: El origen

Al llegar la pandemia y verse encerrado por las disposiciones establecidas por el Gobierno para evitar la expansión del coronavirus, Jaime decide realizar un diplomado en imagen masculina, área que le apasiona, ya que para él la presencia es una de las cosas más importante en un profesional.

La idea de este negocio nace en el mismo ambiente de salud en el que Rodríguez se desarrolló durante 21 años como visitador médico. Fusionar la formación que había adquirido en el diplomado y aprovechar la relación que había entre él y los médicos, hizo que encontrara un negocio en estos dos mundos.
Dar asesoría a hombres, especialmente médicos, ayudarlos a verse bien con lo que visten y tener buena presencia, inspira al mercadólogo, y como resultado nace lo que hoy conocemos como “Galenos del Buen Vestir”. “A mí el vestir me inspira. No hay cosa más gratificante que sentirte bueno. Me gusta ayudar a las otras personas a vestir bien. Me gusta cuando un cliente me escribe y me dice: ‘’Oye esta chacabana me queda preciosa´´”, señala Rodríguez agregando que no aspira a ser rico con este negocio, pero si a tener libertad financiera.

Especialistas en  la imagen masculina

Galenos se dedica a confeccionar chacabanas, camisas formales, casuales y sport, pantalones y trajes formales para caballeros. En general, todo en vestimenta de hombres y con miras a incursionar más adelante, en la parte de accesorios: medias coloridas, pañuelos para los trajes, línea de gemelos en ámbar, correas, zapatos, entre otros.

Detrás de todo este trabajo hay una mente, pero más de dos manos, Jaime trabaja con un equipo subcontratado y se dedicó a buscar personas especialistas en cada área, lo que hace que sus trabajos tengan más calidad.

“Cada uno es especialista en algo. No quise contratar a alguien que hiciera todo, porque al final el que hace muchas cosas no hace nada. Entonces tengo cuatro subcontratados y yo gestiono el pedido”, explica.

Para adquirir una pieza de Galenos del Buen Vestir pueden llegar a él a través de su red social Instagram como @galenosdelbuenvestir o su número telefónico 829-222-3092.

El proceso de adquisición no se limita a solo realizar un pedido como en cualquier otro lugar. Al ser contactado, el empresario de forma personal va a domicilio a dos cosas: tomar las medidas con un atelier y propiciar una asesoría, totalmente gratis, de acuerdo a lo que el cliente quiere y a lo que se adapte a su físico.

“Nuestro interés no es que el cliente compre una pieza sino que cuando se vea al espejo se vea tan bien que quiera seguir vistiendo de esa forma a través de la asesoría que nosotros le damos, que es gratuita porque es el plus, no es solo ir donde el sastre y que te haga la ropa que dijiste sin saber si esa ropa va con lo que tú quieres proyectar”, explicó el Rodríguez.

Crédito de su logro

El mérito de haber llegado a dónde se encuentra hoy Jaime Rodríguez, oriundo de Santiago de los Caballeros, se lo da a su cercanía a Dios, a la crianza que tuvo desde niño y a su compañera de vida, Carolina Montero, a quien considera “la pieza central en su historia”.

“Lo principal que saqué de mi niñez fueron los valores de trabajo de mi mamá y el ejemplo de dirección de mi papá. A pesar de haber crecido en un barrio, por la formación de mi mamá y la mano dura de mi papá, logramos salir a flote”, dijo Jaime a periodistas de este medio al contar su historia.

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