Hace varios años se le ocurrió esa fórmula para evitar las carreras callejeras y -de paso- iniciar un negocio rentable

En República Dominicana el tema de las carreras de motores clandestinas representa un serio problema, no solo porque se pone en peligro la vida del conductor, sino también que puede atropellarse a una persona que nada tiene que ver con eso, pero se encuentra en el lugar menos indicado en un momento equis.

En la provincia Hato Mayor a Mario Emilio Rodríguez se le ocurrió hace varios años un proyecto que organiza las carreras y las avala por organismos oficiales. Mario Emilio es el presidente del Circuito Moto Velocidad de Hato Mayor, una organización que si bien puede verse como meramente deportiva, no deja de ser una alternativa de negocio.

Mario Emilio llegó a ser corredor y fue luego de un proceso de análisis que optó por ayudar a llevar la actividad a otro nivel, no para él, sino en este caso, para otros.

“La visión de hacer la pista surge luego que me retiro de las carreras, pero veo que a la gente le siguió la fiebre por correr. Yo mismo perdí par de amigos en accidentes”, le cuenta Mario Emilio a elCaribe. Indica que fue a partir de 2007 cuando le llegó a la cabeza el proyecto, consistente en construir lo que es actualmente la pista de motovelocidad. Pero no cuajó hasta mucho tiempo después. “Esto es un negocio. Es una forma de ganar dinero, organizar las carreras y llevar diversión al público”, comenta.

Pero hacer la pista no fue un tema fácil “Nos acercamos a los políticos a ver cómo nos conseguían un terreno y luego un señor que aspiraba a la sindicatura nos consiguió unas tierras, eso era casi llegando a El Seibo. Cuando lo conseguimos había una serie de problemas y eso se quedó ahí. Eran cosas de políticos”, rememora. Mario Emilio no está solo en el negocio. En el equipo lo acompañan Winer Lizardo, encargado de Publicidad y Evento y Haisel Javier.

¿Cómo se organizan las carreras?

Hasta ahora compiten 16 categorías de bajo cilindraje, incluyendo la “carrera del moto-concho”. Hay categorías junior, que son de niños de siete a 10 años y otras de personas más adultas, como aquellos que poseen entre 15 y 20 años, que compiten en motores de los denominados CG; hay para motores 135 y para unos tipos de pasolas, entre otros.

“Esto ha frenado las carreras al aire libre. El motorista que corre aquí es difícil que tú lo veas planchándose en la carretera, porque ya sabe el peligro y riesgo que eso implica”, argumenta Mario Emilio. Y agrega que “como hay moto-conchos que les gusta andar echando su carrerita, por eso habilitamos un espacio para ellos”. Un requisito para que un motoconchista pueda participar es que sea reconocido en el pueblo, en Hato Mayor. Tiene que participar con la misma motocicleta que trabaja. En Hato Mayor secelebran siete carreras al año. Siempre que hay eventos la pista está abierta prácticamente dos semanas antes para los ensayos, que son abiertos al público.

Al piloto ganador se le entrega un trofeo y un premio en dinero. Hay categorías que cobran 10 mil pesos, otras cinco mil y otras tres mil. Al mecánico también se le premia. “Nos unimos a las pistas y carreras organizadas en el país, entre ellos San Francisco y Santiago y nos pusimos de acuerdo para formalizar, de tal forma que se hace un campeonato nacional sin que choquen las fechas con los otros lugares donde funcionan pistas y carreras”, explica Mario Emilio.

Posted in Dinero

Más de panorama

Más leídas de panorama

Las Más leídas