El Centro Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones sin Fines de Lucro se empeña en fiscalización

En la República Dominicana existen alrededor de 20 mil organizaciones sin fines de lucro que están incorporadas en la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). De esas, sólo ocho mil están registradas en el Centro Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones sin Fines de Lucro, que es el órgano rector y fiscalizador de ellas, y que está adscrito al Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.

Aunque se trata de organizaciones no gubernamentales que, en su mayoría trabajan en beneficio de grupos necesitados y vulnerables, reciben fondos del Gobierno y por tanto, deben cumplir con una serie de parámetros. Entre ellos está rendir cuentas, lo cual no siempre ha sido así.

Cada año, las asociaciones sin fines de lucro reciben miles de millones de pesos para realizar y desempeñar la labor a la que están llamadas. Por ejemplo, en este 2022, el Centro de Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones sin Fines de Lucro asignó a las organizaciones 2 mil 056 millones 290 mil 242 pesos y, de acuerdo al informe de anteproyecto de presupuesto para el 2023 de la entidad, se estiman 2 mil 298 millones 320 mil 915 pesos para 804 organizaciones que son las únicas que aplican y cumplen con los requisitos para la subvención de fondos.

A pesar de la cantidad de dinero que se destina para las labores de las conocidas ONG’s, por años estos fondos fueron utilizados por muchos como mecanismo de pago favores políticos. Algunas de las organizaciones sólo se escudaban de ellas para recibir dinero y la fiscalización y el monitoreo de las ejecuciones e inversiones era nulo. Así lo explica a elCaribe, Vielka Polanco, como directora ejecutiva del Centro Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones sin Fines de Lucro. Es decir, practicaban lo contrario de la naturaleza que es perseguir una finalidad social, humanitaria, altruista o comunitaria sin un beneficio económico.

Concentración de fondos en casco urbano

Más aún, según revela Polanco, cuando llegó a la institución en 2020, había una gran concentración de fondos en los territorios urbanos, descuidando las provincias. Precisa, que el 77 % de los fondos estaban concentrados en las demarcaciones grandes tales como el Distrito Nacional, Santo Domingo y Santiago.

“Cuando llegamos había poco monitoreo y control de las ASFL (Asociaciones Sin Fines de Lucro). Las subvenciones eran vistas como mecanismo de pagar favores políticos, obviamente no todas, pero así lo utilizaban. Había una reducida alineación programática. Las estructuras de las sectoriales para el monitoreo habían sido diseñadas para no funcionar. O sea, precisamente tú tenías poca gente para que no funcionara, para que las fiscalizaran y no hicieran el trabajo”, cuenta.

Pero además, agrega, había una serie de organizaciones que se habían acostumbrado a recibir fondos creando una gran dependencia en las que algunas se sentían dueñas. Ocurría que si se les reducían los fondos sólo decían que tenían 20 años recibiéndolos. “Y no tenían evidencias, no tenían pruebas. El centro solo se involucraba en la asignación de fondos y el centro es mucho más”, señala.

registro y subregistro de las asociaciones sin fines de lucro              

Actualmente, según datos recolectados, en el país hay unas 20 mil organizaciones sin fines de lucro que están registradas en la DGII. Sin embargo, no todas llegan hasta el Centro Nacional de las Asociaciones sin Fines de Lucro. En el órgano a la fecha hay un subregistro de sólo 8 mil, de las cuales más de 4 mil están inactivas.

Conforme a estos datos, la directora del centro comparte que para el informe del próximo presupuesto sólo 804 organizaciones aplicaron para la subvención de fondos.

De esas 804, 48 recibirían los fondos a través del Consejo Nacional de Discapacidad (Conadis); 65 del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani); 69 del Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape); 199 del Ministerio de Educación; 113 del Ministerio de Salud; 48 del Ministerio de Deportes; 36 del Ministerio de Agricultura; 7 del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes; 9 del Ministerio de Turismo; 45 del Ministerio de la Mujer; 58 del Ministerio de Cultura; 43 del Ministerio de la Juventud; 42 del Ministerio de Medio Ambiente; 17 del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología; 3 del Ministerio de Energía y Minas y 2 del Ministerio de la Vivienda y Edificaciones.

“Las cosas se venían haciendo de una forma pero nosotros cuestionamos esa forma y estamos estudiando para ver cómo lo podemos hacer. Tenemos un acuerdo que se va a firmar pronto con DGII que se había suscrito inicialmente en la gestión pasada y ahora hay que renovarlo y hemos integrado algunos elementos y como parte de ese acuerdo queremos establecer ese tipo de situaciones de ir corrigiendo esas debilidades o mejorando la interconexión y la integralidad de los servicios”, sostiene Vielka Polanco.

Normas y controles

Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s) son un blanco fácil para ser utilizadas para el lavado de activos o para la elusión de impuestos. Están amenazadas por ello y por tales motivos, desde el Centro Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones sin Fines de Lucro, que lo integran cinco organizaciones y cinco instituciones del Gobierno, se trabaja en el establecimiento de normas, controles y políticas de prevención mucho más fuertes.

“Somos el órgano rector de las ASFL a nivel nacional y estamos ejerciendo esa rectoría tratando de avanzar. Porque aquí solamente se gestionaban fondos, se preparaba un presupuesto que se sometía a la Dirección de Presupuesto con recomendaciones de fondos para las organizaciones. Pero, ¿y todas las demás organizaciones?, ¿quién las está regulando?, ¿quién las está fiscalizando? Todas las organizaciones de beneficio mutuo, que son los gremios, y todos esos tipos de organizaciones. ¿Dónde están las organizaciones que no reciben fondos, qué pasa con ellas?”, se cuestiona la directora ejecutiva del centro.

Se han eliminado 116 asociaciones sin fines de lucro

En aras de transparentar y eficientizar los fondos que se destinan para las asociaciones sin fines de lucro, el centro que las regula ha eliminado 116 y a 145 se le han disminuido los fondos.  También, desde 2020 a la fecha, se han incluido 65 organizaciones y se le aumentaron fondos a 230

“Se ha ido reduciendo las organizaciones que reciben fondos. El presupuesto se mantiene igual e incluso ha aumentado ahora, pero las organizaciones han disminuido. Organizaciones importantes como por ejemplo, el Patronato de Ciegos, está recibiendo más; los hogares de ancianos que estaban prácticamente olvidados y excluidos, se le ha aumentado, un 6 % se le aumentó en esta gestión y cada día los hogares de ancianos y los hogares de niños están recibiendo más fondos. Porque, ahí es que hace sentido la subvención. La subvención antes se veía como un mecanismo y eso yo creo que es importante, de clientelismo político”, sostiene Vielka Polanco.

Por otro lado, también se han transferido 52 organizaciones religiosas al Ministerio Administrativo de la Presidencia, que anteriormente estaban registradas en el Centro Nacional de Fomento y Promoción de las Asociaciones sin Fines de Lucro, porque sólo se dedican al culto religioso y no desarrollan programas o proyectos en función de lo que describe la Ley 122-05, que la regula.

“Nosotros tenemos otra política, y es que pensamos que la inversión hay que mantenerla, hay que seguir apoyando las organizaciones”, apunta la directora del centro.

La rendición de cuentas es una prioridad

Como meta a mejorar para el funcionamiento eficaz de las organizaciones no gubernamentales, desde el Gobierno se trabaja, junto a las mismas entidades sin fines de lucro para que haya una participación activa de todos. Además, de que haya equidad y alineación programática para que todas aporten a los indicadores de desarrollo sectorial. Se persigue, además, dentro de los objetivos, medir el impacto de las intervenciones; eficientizar los procedimientos y servicios; desconcentrar los fondos, así como promover una cultura de ética, de transparencia y hacer que las asociaciones que ya son autosostenibles trabajen con acuerdos de cogestión.

“El tema de la rendición de cuentas lo vamos a subir ya, que ese es un tema que le habíamos estado dando oportunidad, pero ya no, ya se acabó la oportunidad. Ahora el que no esté rindiendo cuentas o parcialmente, va a salir”, refiere Vielka Polanco, directora ejecutiva del órgano rector de las asociaciones sin fines de lucro.

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