El 2022 se convirtió en el séptimo año consecutivo en el que el país falla en lograr la meta de llevar la presión tributaria a un 16 %, nivel que según la Estrategia Nacional de Desarrollo aprobada en el 2012, debió alcanzarse en el 2016.

Una década después de aprobada la END y la Ley 253-12 que debía catapultar el logro de la meta fiscal, las finanzas públicas no logran captar como ingresos tributarios una proporción equivalente al 16 del producto interno bruto (PIB). El gasto presupuestario, sin embargo, se expande y aunque todavía insuficiente con respecto a la media regional, ya se ha colocado en torno al 19 % del PIB. Pero la proporción del Producto que el fisco recibe como cobro de impuestos sigue rezagada de la meta, y en una década la ganancia de presión tributaria ha sido de cerca de 2 puntos porcentuales.

La memoria del Ministerio de Hacienda (MH) correspondiente al 2022, depositada en el Congreso Nacional, dice que los ingresos de la Administración Central, en forma preliminar, alcanzarían el año pasado a un 15.1 % PIB estimado. El cálculo incluye los ingresos que el Gobierno recibió por concepto de donaciones, los cuales no se computan para calcular la presión tributaria aunque sí para la presión fiscal. Según el documento el alcance de los ingresos obtenidos en 2022 a una proporción del 15-1 % del PIB estimado, superaría “tanto lo recaudado el año anterior como lo previsto en el Presupuesto Reformulado” del ejercicio.

Resultados fiscales

La memoria del MH destaca en la introducción de la exposición general que las finanzas públicas durante el 2022 estuvieron enfocadas en seguir apoyando el proceso de dinamización de la economía; por lo que la formulación presupuestaria para el año contempló los recursos necesarios para ejecutar los programas, actividades y obras de alta rentabilidad social focalizados en la generación de encadenamientos productivos.

“Atendiendo a esto, y a la incertidumbre macroeconómica que embargó el proceso de formulación, las estimaciones de los ingresos y los topes de gastos previstos en la Ley 345-21 del Presupuesto General del Estado para el 2022 plantearon un déficit equivalente al 3.0% del PIB, alineado con el proceso de consolidación fiscal que ha venido llevando el Ministerio”, indica. Dice que no obstante, “los desarrollos inesperados en la coyuntura geopolítica a nivel mundial, y la persistencia de los cuellos de botella en la cadena global de suministros debilitaron las perspectivas económicas internacionales, y llevaron a grandes alzas en los precios de las materias primas” y que eso “supuso presiones presupuestarias significativas no contempladas durante la formulación”.

El MH plantea que ante este panorama, el 28 de septiembre de 2022 se promulgó la Ley 351-22 que modificó la Ley 345-21 que aprobó el Presupuesto General del Estado 2022, realizando ajustes en las proyecciones de ingresos y gastos, pero manteniendo inalterado el tope de endeudamiento aprobado por el Congreso Nacional.

Subsidios absorbieron 68% del Complementario

“Cerca del 68.0% de los nuevos requerimientos de gastos planteados en la adenda se asociaron a cubrir los subsidios a los precios de los combustibles, alimentos de la canasta básica e insumos fundamentales para el aparato productivo; así como la expansión de los programas sociales focalizados en salvaguardar el bienestar de los hogares, y el incremento en las transferencias al sector eléctrico, afectado por el alza en su estructura de costos”, expone el Ministerio de Hacienda en su memoria del año 2022. El déficit fiscal para cierre de año fue de un 3.7% del PIB.

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