Punta Cana. En producción de tabaco, República Dominicana parece estar en uno de sus mejores momentos de los últimos años. Luego de la crisis de 1995-1997 el país ha ido por un trayecto de crecimiento, de acuerdo con datos del Instituto Dominicano del Tabaco (Intabaco).

De 270 millones de dólares que se exportaban en el año 2001, el monto se elevó en el año 2018 a 857 millones. Eso representa más del 10% de lo que son las exportaciones de productos agropecuarios o derivados del país. En términos absolutos, si se hace una operación de división, se ha estado exportando más a razón de US$34.5 millones por año.

En el primer semestre de 2019 el incremento es mucho mayor, aseguró José Guillermo López, director en funciones del Intabaco, entrevistado en el XX Encuentro Nacional de Productores Agropecuarios, efectuado en Punta Cana, provincia La Altagracia.

En los primeros seis meses de este año el aumento es del 8.5%, de acuerdo con los datos del Intabaco, sustentados a sus vez en cifras del Banco Central y del Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (CEI-RD). “Si mantenemos esa tasa de crecimiento de las exportaciones de tabaco, vamos a pasar de los 940 millones de dólares por concepto de envío de productos a mercados internacionales”, asegura López, en conversación con elCaribe y Diario Libre, en un aparte que hizo dentro del evento que reunió a los líderes agropecuarios de todo el territorio nacional.

Según los cálculos del funcionario, el sector tabaco genera alrededor de 135 mil empleos productivos directos en el país, concentrados en la parte de campo (todo lo referente a siembra, cuidado y cosecha), el proceso de hojas y la fabricación de cigarros. Probablemente, gracias al crecimiento de la actividad tabaquera local, este año se están añadiendo entre cinco mil y seis mil empleos, indicó. “Estamos llegando a cerca de 140 países de todos los continentes con los cigarros dominicanos. Por todos lados están los cigarros nuestros y eso representa un uso más intensivo de los campos y de las tierras dedicadas a ese rubro”, agregó.

José Guillermo López informó que el Intabaco está incursionando en nuevas áreas, dada la gran demanda que existe, y está además trabajando mano a mano con el productor. La sequía que vive el país a menudo termina afectando el tabaco. De hecho, República Dominicana ha seguido creciendo en exportaciones porque tiene existencia por cuatro o cinco años de tabaco, dijo López. “El tabaco que se está trabajando este año, es decir, procesando, fue cultivado hace tres o cuatro años atrás y hay buenas existencias, pero la falta de agua ha estado creando dificultades”, insistió.

Para la zafra 2019-2020, que se inicia este mes de septiembre y finaliza en marzo, hay grandes expectativas de siembras y una demanda importante de hojas de tabaco a nivel mundial.

El tabaco tiene actualmente usos alternativos, que no es solo para la confección de cigarros. “Nuestro tabaco es famoso mundialmente, entonces viene la demanda adicional”, dijo José Guillermo López. El costo de producción del tabaco ha crecido en los últimos dos o tres años a un ritmo del siete y ocho por ciento. “Como la economía ha estado bien estable y no hay inflación, no tenemos grandes incrementos en los precios de los insumos. El gasoil es un componente, porque las maquinarias se mueven con gasoil, pero no pasa de un ocho por ciento en los últimos años”, expresó.

El 60% del tabaco del país se cultiva en secano, quiere decir que para mojarse depende de las lluvias. El hecho de que haya sequía, merma un poco el rendimiento y productividad. Las tierras dedicadas a las siembras rondan las 100,000 y 115,000 tareas. Este año hay expectativas de sembrar mucho más, pero todo dependerá de si hay lluvias o no, porque los productores quieren evitar riesgos de perder sus inversiones, una vez las colocan.

Los tabaqueros se han ido tecnificando, pero con uso más adecuado de insumos más inocuos. “La tecnología está siempre ligada a la sostenibilidad de la hoja, pues del tabaco lo que se consume es la hoja y lo que está expuesto al medio ambiente es la hoja. En el instituto del Tabaco hemos creado los grupos de transferencia tecnológica, de tal manera que a través de un líder de ocho o diez productores se va admitiendo la tecnología de insumos o coadyuvantes de la producción que sean cada vez inocuos y que se utilicen cada vez de la forma más adecuada”, dijo. De la producción nacional, Santiago se encarga de aportar el 54%, pero hay nuevas zonas –como Azua- donde se está trabajando con nuevas variedades de tabaco.

Inversión acumulada por los US$1,000 millones

En Azua se cultiva tabaco para andullos, que es el usado para pipa y para mascar. También se está sembrando y cosechando tabaco en San Juan y en Elías Piña (parte Sur), donde se prueba con variedades nuevas en el país.

El tabaco es muy delicado y al sembrar debe considerarse el componente físico-químico del suelo. Antes de plantarlo en un terreno equis lo que procede es realizar un análisis minucioso. Por ejemplo, un terreno alto en cloro es un “enemigo” para él. Aunque el cloro es un microcomponente de los suelos, si sobrepasa de un porcentaje equis, es posible que el tabaco luzca bien y se vea saludable, pero a fin de cuentas no quema o no arde bien. Los microclimas y la luminosidad son vitales para el desarrollo de una buena cosecha. Hay zonas que son más propensas que otras para producir, por ejemplo, el tabaco usado para capa, porque hay una luminosidad más reducida, como son Cotuí, Bonao y Yamasá. Hay dos empresas que se radicaron precisamente en los dos primeros pueblos. En República Dominicana la inversión de las empresas manufactureras de tabaco, en el régimen de zona franca, que es donde está la mayoría, ronda los US$1,000 millones, pero no se trata de una inversión que viene de ahora, sino de varias décadas acumuladas, según Intabaco.

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