Las comisiones de Ministerio Público y de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados un descenso al destacamento policial Bella Colina, ubicado en Manoguayabo, Santo Domingo Oeste.
Allí funciona una improvisada cárcel en un sótano del edificio que aloja dicha dotación policial.

Al descender al sótano, inmediatamente los legisladores palparon el hacinamiento, el hedor y la falta de iluminación que afecta el espacio físico que aloja a unos 130 privados de libertad por diferentes delitos.

Silencio cómplice

Durante la visita, los congresistas intentaron hablar con los detenidos, tratando de escuchar sus quejas, sin embargo, estos insistían en que estaban bien, cosa que fue calificada por los miembros de la comisión como silencio cómplice, fruto de amenazas por parte de los agentes policiales que custodian el penal.

El presidente de la comisión de Derechos Humanos, Juan Dionicio Rodríguez Restituyo insistió en vano en que sacaran a los policías presentes, porque a su entender, era la única forma de que los internos pudieran hablar.

“Ustedes le preguntan a todos esos presos uno a uno y ninguno va a decir que ha recibido mal trato, todos te dicen que están bien porque ya están condicionados y eso se llaman manipulación carcelaria, afirmó Rodríguez Restituyo.

De igual manera, el diputado Santiago Vilorio dijo que el Estado dominicano tiene el deber de proteger la dignidad de los presos con las mejores condiciones posibles y que el hecho de que hayan violado la ley, estos no pierden su dignidad humana.

A los diputados les acompañaron Ana Leticia Martich, primera adjunta del Defensor del Pueblo y el director de la Oficina Nacional de la Defensa Pública, Rodolfo Valentín Santos.

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