Las medidas de prevención y contención que se han estado tomando por la pandemia de coronavirus (COVID-19) tienen un impacto directo en las finanzas públicas, la productividad y la actividad económica en República Dominicana.
La magnitud total del impacto no puede medirse con certeza todavía, porque sigue dependiendo mucho de la duración de la pandemia, su propagación y las medidas de prevención y de la respuesta del país para contener y amortiguar el choque.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha advertido que el turismo es el principal riesgo en países donde el sector es la principal fuente de divisas, empleo e inversión, como es el caso concreto de República Dominicana. A nivel nacional la actividad turística estuvo cerrada desde marzo hasta el primero de julio, cuando el país decidió reabrir en ese sector, incluyendo los vuelos desde y hacia otras naciones. “Un desplome del turismo global afectará especialmente a Belice donde el sector genera más del 40% del PIB, incluyendo su contribución indirecta. Este es también un riesgo importante para República Dominicana, seguido de Panamá, México, Costa Rica y Hondura”, asegura el BID en el estudio sobre la pandemia de COVID-19 en Centroamérica, Haití, México, Panamá y República Dominicana.
La parte concerniente a este último país fue preparada por los economistas Joaquín Zentner y Fanny Vargas.
El BID ha estimado –preliminarmente- que el gasto público aumentaría un 0.7% del PIB por las medidas de respuesta contra el virus y por la celebración de elecciones extraordinarias en marzo. A eso habría que agregar las elecciones presidenciales y congresuales celebradas el pasado domingo 5 de julio.
En cuanto al déficit del sector público no financiero (SPNF), el estudio del BID pronostica que aumentará, probablemente duplicando lo presupuestado (2.2% del PIB).
La investigación de la institución plantea que el turismo es una de las principales fuentes de divisas para República Dominicana y que aportó US$7,600 millones en 2019, representando un 8 % del producto interno bruto (PIB) y 67% de las exportaciones totales.
La severidad del choque a la demanda –ha explicado- dependerá del manejo del brote por las autoridades locales y de su evolución en Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Rusia, España e Italia.
Y cuando hace estimaciones de las posibles pérdidas de ingresos por turismo tomando en cuenta diferentes escenarios de severidad del choque y de extensión de la crisis sanitaria, indica que se espera una reducción de alrededor 30% de los ingresos por turismo al cierre de 2020, equivalente a un 2.3% del PIB, que es lo estimado por el escenario medio para una duración de epidemia de 9 meses
Pero el choque negativo al turismo tendría efectos de segundo orden en la agricultura, la manufactura, la construcción y los servicios. El sector turístico adquiere 45% de sus insumos de proveedores locales y emplea unas 728,500 personas directa e indirectamente, equivalente a 16% del empleo total. El BID estimaba que para abril un 80-90% de los trabajadores formales del turismo se encontraban suspendidos. Eso sumaba para entonces entre 288,000 y 324,000 personas.
Las cifras del Ministerio de Trabajo, cortadas al lunes 6 de julio, indican que 52,128 empresas habían depositado 117,783 solicitudes de suspensión, resultando 1,241,267 trabajadores afectados. El ministerio dijo que 825,828 trabajadores resultaron afectados sin prórrogas y que 343,127 trabajadores cesaron su suspensión. Sin embargo, 525,180 trabajadores resultaron registrados en FASE 1 (Fondo de Asistencia Solidaria al Empleado), pero 412,357 fueron aprobados y 79,869 trabajadores fueron rechazados.
Explicó que 1,366 trabajadores fueron excluidos por el empleador de la FASE 1. También, quedan pendientes en FASE 1 unos 5,574 trabajadores. En FASE 2 fueron registrados 648,897 trabajadores, de los cuales 436,279 fueron aprobados y 48,062 resultaron rechazados por las autoridades de Trabajo.
El BID ha estimado que las recaudaciones podrían disminuir entre 2.3 y 3% del PIB. Preliminarmente se estima que el gasto público aumentará un 0.7% del PIB por las medidas de respuesta contra el virus y por la celebración de elecciones extraordinarias en marzo. La mejora de los términos de intercambio implicará reducciones sustanciales del déficit del sector eléctrico (de hasta 0.4% del PIB) y un aumento de los ingresos tributarios por concepto de impuestos a las utilidades mineras y de refundición. El déficit del SPNF aumentará, probablemente duplicando lo presupuestado (2.2% del PIB)
El estudio, que consta de 54 páginas, indica que la pandemia de COVID-19 puede tener implicaciones muy importantes para la región de Centroamérica, Haití, México, Panamá y República Dominicana (CID).