Los Ángeles. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunió ayer en Monterey Park (Los Ángeles, California) con familiares de víctimas del tiroteo que acabó con la vida de 11 personas en enero y promovió nuevas medidas de control de armas de fuego.
Biden, que horas antes firmó una orden ejecutiva para tratar de restringir la venta de ese tipo de armas, llegó a esta localidad acompañado por la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, y por Brandon Tsay, el héroe anónimo que desarmó al autor del ataque producido allí durante las celebraciones del Año Nuevo chino.
“Este es lugar de refugio desde hace años para generaciones con diferentes raíces. (…) Aquel fue un día de celebración que pasó a ser de miedo y oscuridad”, afirmó el jefe del Ejecutivo estadounidense desde el epicentro de la comunidad asiática en el condado de Los Ángeles.
