Gustavo Petro Urrego ganó las elecciones presidenciales de Colombia en junio de 2022 y se consagró como el primer mandatario de izquierda de la nación. Sin embargo, desde mucho antes de llegar al poder, el entonces líder del partido Colombia Humana saltaba de polémica en controversia. A continuación, algunas de las que protagonizó este año.

Su tercera candidatura presidencial, que por fin lo llevó a la victoria, se vio marcada por varias controversias: no solo sus agarrones en medio de los debates con otros de los candidatos como Sergio Fajardo, Federico Gutiérrez y su hoy ministro de Educación, Alejandro Gaviria, sino también por correr la “línea ética” durante la contienda electoral.

A días de que se celebrara la primera vuelta se filtraron varios videos donde se oía a los aliados de Petro plantear estrategias para sacar de la contienda política a Fajardo, Fico y Gaviria. Incluso, el polémico asesor Sebastián Guanumen daba una diatriba sobre modificar los valores éticos para lograr la victoria de Petro. El tema generó que el Consejo Nacional Electoral (CNE) abriera una investigación para determinar si la competencia por suceder a Iván Duque había sido desleal. Sin embargo, esta no surtió frutos y luego fue archivada.

Los emocionados discursos que entregó durante la campaña también dieron de qué hablar. El que más se recuerda fue cuando, en plena plaza pública en Girardot, apareció en evidente estado de alicoramiento. Luego de cuestionamientos en su contra, Petro reconoció que, antes de salir ante el público, había consumido bebidas alcohólicas que le jugaron una muy mala pasada antes miles de sus adeptos.

Una vez llegó al poder

Su posesión presidencial, en la que delante de millones de espectadores tomó su primera decisión, en la que desautorizó a su antecesor, Iván Duque, para que se usara la espada de Simón Bolívar en el evento, marcó un adagio de lo que ocurriría después, una vez tomó las riendas de la Nación.

El dólar que tuvo con los pelos de punta a los colombianos

Casi desde el inicio de su mandato, Petro generó una serie de declaraciones que causaron una oscilación nunca antes vista en el precio del dólar y, por ende, la devaluación del peso colombiano. En tan solo días de su gobierno, la divisa estadounidense superó la barrera de los 5 mil pesos. El día que se posesionó, este se encontraba en los 4.300 pesos por dólar.

Sin embargo, hay que aclarar que, sumadas a las declaraciones, más bien desafortunadas del jefe de Estado a través de su muy polémico Twitter, también influyeron otros aspectos como la guerra entre Rusia y Ucrania y la desaceleración de la economía mundial.

¿Al fin qué, con los hidrocarburos?

Desde su campaña, Petro prometió que su primer acto como presidente sería dar por terminados los nuevos contratos para explorar petróleo y gas en el territorio nacional. Lo cumplió. Su ministra de Minas y Energías, Irene Vélez, al igual que otros funcionarios de su gobierno, influyeron en que el tema del dólar también incrementara su valor en Colombia debido al nerviosismo porque uno de los productos de los que depende buena parte de la economía del país, no tendría nuevas contrataciones. Esto hace parte de la política de transición energética que el Presidente quiere para el país.

Sus desplantes y muy marcada impuntualidad

Pese a ser el líder de izquierda más exitoso en Colombia, la puntualidad no es una de sus características. Ya sea por temas de agenda, de salud, y porque lo quiso hacer, Gustavo Petro dejó plantados, en repetidas oportunidades, a miembros de las Fuerzas Militares, a alcaldes y gobernadores e, inclusive, no llegó para la foto junto a sus homólogos mundiales en la cumbre COP27 que se celebró en Egipto.

La reforma tributaria

Aunque consiguió una aplanadora en el Congreso de la República gracias a su aliado, el presidente del Senado, Roy Barreras, quien sirvió de puente para que, incluso, sectores de la ultraderecha colombiana lo secundaran en sus proyectos legislativos, casi no logra sacar adelante la reforma tributaria con la que pretende recaudar casi 20 billones de pesos para financiar sus programas sociales. De hecho, le tocó bajarle el monto que quería reunir que, en primera instancia, era de 25 billones. Esto, por presión de los sectores políticos.

Es más, se cayeron varios de los artículos que desde la campaña preelectoral le había prometido al país: ya no se gravarán las megapensiones; no se pondrán tantos impuestos al petróleo y al carbón como Petro quería y, aunque no fue una iniciativa promovida desde su gobierno, sí contaba con la venia de sectores cercanos a su gobierno: las iglesias no pagarán impuestos adicionales de los que ya tiene, como el IVA.

Los “cuatro gatos” que le salieron a protestar

No es un secreto. Varias de las manifestaciones que Iván Duque vivió casi que desde el inicio de su gobierno fueron promovidas, de alguna forma, por Gustavo Petro. Sin embargo, a menos de 100 días de haber asumido el poder Ejecutivo, el líder del Pacto Histórico sacó a las calles a miles de colombianos inconformes con su labor al frente del país. La mayoría de estos sucesos, en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali estuvieron protagonizadas por sectores de derecha a los que poco y nada les gustó las ideas que el primer mandatario quería para el país a escasos días de llegar a la Casa de Nariño. Eso sí, salieron más de “cuatro gatos” a protestar contra el Gobierno pese a que varios aliados del Presidente anhelaban una asistencia menos multitudinaria.

¿Y la austeridad?

Otra de las grandes polémicas que ha protagonizado el exguerrillero del M19 también fueron los millonarios gastos que su gobierno protagonizó para amoblar la Casa de Nariño y las salas contiguas a esta. Habían plumones de plumas de ganso y múltiples electrodomésticos, cuyos valores ascendieron a los 170 millones de pesos. Tras duros comentarios en su contra, Petro aseguró que todo era para dignificar al personal de servicios generales que trabajan en el Palacio.

Algo similar ocurrió en el mes de diciembre, cuando el mandatario anunció que renovaría la flotilla de aviones de la Fuerza Aérea Colombia (FAC), cuyo valor sería casi similar a lo que pretende recoger con la reforma tributaria. Las críticas, esta vez, fueron no solo por gastarse el dinero público en “aeronaves para la guerra”, sino también porque cuando era senador, criticó a más no poder a Iván Duque, que tuvo una idea similar durante su gobierno.

Las liberaciones de los “gestores de paz”

En su discurso de victoria, así como en el de posesión, y luego durante varias intervenciones a la opinión pública, Gustavo Petro abogó por los miembros de la autodenominada Primera Línea, que estaban recluidos en varias cárceles del país sindicados por alterar el orden público y causar vandalismo.

Petro no solo se enfrentó al fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, sino también a varios integrantes de la Rama Judicial, que aseguraban que las capturas de los manifestantes habían sido legítimas. Luego de también arremetimientos en su contra, Petro logró excarcelar a varios jóvenes que serán gestores de paz y, algunos de ellos, recibirán hasta un millón de pesos en compensación de sus labores en cuanto a la paz total, que es la iniciativa con la que pretende desarmar a todas las estructuras criminales.

Su relación con Maduro

Aunque uno de los logros por los que Petro, sus ministros y varios de sus aliados sacaron pecho fue que reabrieron la frontera con Venezuela y se restablecieron las relaciones diplomáticas con esa nación, su reunión con el dictador de ese país despertó más claros que oscuros. No solo porque habría desconocido al régimen al que tienen sometido al pueblo venezolano, sino también porque se le vio posar, muy sonriente, junto al polémico gobernante.

Abogó por Pedro Castillo

Las relaciones diplomáticas entre Colombia y Perú atraviesan tensas situaciones luego de que el mandatario de los colombianos defendió, a capa y espada, al expresidente peruano Pedro Castillo, quien intentó dar un fallido golpe de Estado en su país para que no lo destituyeran. Incluso, varios congresistas de la nación vecina, así como la Cancillería, le exigieron al presidente que no entrometiera en los asuntos internos, en medio de otra de las crisis políticas que enfrentan. Petro, por su parte, pidió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que ayudara a Castillo.

Su comentada primera intervención en la ONU

Como era de esperarse, la diatriba de Gustavo Petro en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas desbordó múltiples cuestionamientos en su contra. Allí, no solo sugirió que la cocaína es menos dañina que el petróleo, sino que también le jaló las orejas a los presidentes de todo el mundo por la supuesta hipocresía en la preservación de la Selva Amazónica.

¿Adiós a la Bienestarina?

No solo la polémica directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Concepción Baracaldo, ha sido una de las más cuestionadas durante el gobierno Petro, sino que él mismo ha desatado varios rifirrafes por su renuencia a que en el país se siga alimentando a la niñez desprotegida con ese suplemento que, dicen desde varios sectores, ha contribuido con la desnutrición de los niños y niñas más pobres de Colombia. El jefe de Estado quiere cambiar por completo el modelo con el que se alimenta a la infancia y, claro, no se ha salvado de las críticas que vienen, incluso, de su antecesor Iván Duque.

Esta son solo algunas de las llamadas salidas en falso del presidente de Colombia que tendrá sobre sus hombros las riendas de la Nación hasta el 7 de agosto del 2026.

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