Gilbert F. Houngbo presidente del FIDA. Foto ; Fuente externa
Gilbert F. Houngbo presidente del FIDA. Foto ; Fuente externa

Roma.– El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de Naciones Unidas y el Gobierno de Haití firmaron hoy un acuerdo para ayudar a los pequeños agricultores y pescadores del noreste del país y avanzar en la sostenibilidad de sus técnicas.

El Proyecto Economía Azul Inclusiva (I-BE), impulsado por el Ministerio de Economía y Finanzas haitiano, supondrá una inversión de 26,6 millones de dólares, de los que más de la mitad, 14 millones, serán desembolsados por el FIDA, según un comunicado.

Estará especialmente enfocado a las mujeres y a los jóvenes, que representarán un 50 % y un 40 % de los beneficiarios del programa, respectivamente.

El objetivo es preservar la conocida como Área Protegida Tres Bahías (AP3B), la segunda mayor del país, para ofrecer «mejores oportunidades económicas» a los pequeños agricultores y pescadores artesanales del noroeste de Haití.

En concreto, se espera que beneficie a unas 40.000 personas que residen en las cinco comunas en las que se aplicará -Lomonade, Caracol, Fort Liberté, Ferrier y Terrier Rouge- y las vecinas cuencas de los ríos Trou-du-Nord y Terrier Rouge.

En primera instancia, el proyecto I-BE fortalecerá las capacidades de la Agencia Nacional de Áreas Protegidas de Haití (ANAP) y facilitará la adaptación de la legislación nacional en apoyo de la pesca artesanal y su sostenibilidad.

El FIDA, con sede en Roma, explicó que el proyecto también permitirá a esas comunidades desarrollar medios de vida sostenibles que reduzcan la presión sobre los recursos naturales claves de la zona, como manglares, arrecifes de coral o cuencas hidrográficas.

Su impulso se hizo necesario porque los índices de pobreza y desnutrición de la región están entre los más altos del país y sus prácticas agrícolas y pesqueras están «agotando los recursos marinos y terrestres».

«Este hecho pone en peligro la sostenibilidad de las actividades agrícolas y pesqueras y constituye una preocupante amenaza para la seguridad alimentaria del país a medio-largo plazo», sostiene el organismo especializado de Naciones Unidas.

Los agricultores y pescadores haitianos usan en esta área redes de cerco de malla pequeña y recurren a la tala anárquica de árboles para la producción de carbón vegetal, a la agricultura de tala y quema y carecen de falta de técnicas de conservación del suelo.

El proyecto, entre otras cosas, «contribuirá a la adecuada regulación de estas prácticas para reducir la presión sobre los recursos naturales y diversificará la producción de alimentos mediante la promoción de buenas prácticas de cría de animales menores, cultivo de hortalizas, producción de miel y sal y manejo de los manglares».

Además, promoverá un uso más sostenible de la madera como combustible para cocinar a través de la formación en técnicas sostenibles de producción de carbón vegetal y la mejora de hornos domésticos.

“La mejor manera de ayudar a los pequeños agricultores y pescadores artesanales haitianos a progresar y contribuir a la seguridad alimentaria del país es proporcionales medios para llevar a cabo sus actividades económicas de manera sostenible, de tal forma que no se vean obligados a agotar los recursos naturales para sobrevivir”, sostuvo el director del FIDA para Haití, Paolo Silveri.

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