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La Administración del presidente estadounidense Donald Trump está intentando lograr que el senador Lindsey Graham* cambie su opinión en torno a un proyecto de nuevas sanciones “aplastantes” contra Moscú y exorbitantes aranceles para los países importadores de recursos naturales rusos, recoge The Wall Street Journal.
Según el medio, esto pasa mientras la Casa Blanca busca mejorar sus relaciones con Moscú en lugar de “castigarla” por el conflicto ucraniano. A su vez, el presidente Trump teme que esto pueda poner en peligro su objetivo de reactivar las relaciones entre Moscú y Washington, incluso mientras busca poner fin a la crisis ucraniana.
De acuerdo con asesores del Congreso, la Casa Blanca y otros funcionarios de la Administración Trump, se han puesto en contacto secretamente con la oficina del senador Graham en las últimas semanas, con el objetivo de intentar persuadirlo para que modifique el texto del proyecto de ley e incluya excepciones que otorguen al presidente discreción sobre quién o qué se impondrán sanciones.
Asimismo, se detalló que, una de las formas de suavizar el proyecto es reemplazar la palabra “deber” (‘shall’, en inglés) por “poder” (‘may’, en inglés), para que las restricciones sean opcionales en lugar de obligatorias.
Recientemente, dijo contar con el apoyo de otros 72 miembros del Senado para un proyecto de ley que busca aplicar nuevas sanciones “aplastantes” contra Rusia, así como aranceles a los países que compran sus recursos naturales clave, en el caso de que Moscú no apoye “negociaciones serias” para poner fin al conflicto ucraniano. Según estimaciones del WSJ, el proyecto cuenta ya con el respaldo de más de 80 legisladores.
