Ginebra. Los desastres naturales causan hasta 2.3 billones de dólares en pérdidas económicas reales, diez veces más de lo que se calcula como costes directos por los efectos multiplicadores que tienen y los daños que provocan a los ecosistemas
Los datos están contenidos en un informe producido por Naciones Unidas y hecho público este martes, que alerta de que estos costos seguirán creciendo a medida que se intensifique la crisis climática y que los países en desarrollo cargarán con la peor parte, entre otras razones por la deuda que deben contraer para sufragar los gastos de respuesta y rehabilitación en los que tienen que incurrir luego de cada catástrofe.
Asimismo, se muestra cómo las decisiones que se tomen ahora, especialmente en cuanto a planificación territorial, inversiones y modelo energético, determinarán la exposición de las poblaciones a futuros riesgos.
Uno de los ejemplos más alarmantes que se menciona es el rápido derretimiento del glaciar Thwaites (Antártida), que podría provocar un aumento del nivel del mar de más de medio metro, lo que a su vez amenazaría infraestructuras costeras que tienen un valor superior a los 1,8 billones de dólares.
Además, tal situación afectaría gravemente a estados insulares como Kiribati y las Islas Marshall, así como a megaciudades costeras como Nueva York o Yakarta, indica el informe.
Otro efecto del aumento en la frecuencia e intensidad de los desastres naturales es el aumento de los costes de las primas de seguros, la disminución de las coberturas y que las compañías de seguros empiecen a retirarse de ciertos lugares porque no les resulta rentable seguir ofreciendo seguros allí.