São Paulo, 11 jun (EFE).- La mejora de los estándares de vida en Latinoamérica se ha ralentizado en la última década y da señales de estancamiento, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) divulgado este miércoles.
El Índice de desarrollo humano, que mide los estándares de vida de la población, pasó de crecer a una media de 0,7 % entre 1990 y 2015 a hacerlo a un ritmo de 0,3 % en los cinco años posteriores y de 0,2 % a partir de la pandemia de la covid-19.
En ese sentido, el PNUD afirma que la pandemia fue un “momento crucial” y que, pese a que la región se ha recuperado desde entonces, el ritmo de crecimiento se mantiene “lento” y que hay “pocas indicaciones” de que este vuelva a la trayectoria registrada en el periodo anterior.
La economista jefe para Latinoamérica, Almudena Fernández, apuntó a EFE que es “posible” que el índice retroceda en los próximos años, aunque este tiende a variar menos por incorporar datos sobre educación y sanidad, no solo ingreso per cápita.
“Como región, tiene que haber alguna crisis como la pandemia para que el índice caiga, pero hay mucha heterogeneidad entre países”, afirmó.
Más de la mitad de la población de Latinoamérica no cuenta con herramientas adecuadas para lidiar con eventos adversos, aunque estos sean moderados, sin sufrir “impactos negativos duraderos”, según el informe.
Si bien la clase media se ha expandido desde 2004 y la pobreza ha caído, las personas consideradas pobres o vulnerables por nivel salarial todavía representan el 56 % de la población, lo que para el PNUD es una señal de preocupación.
En este contexto, la organización internacional destaca el aumento del sentimiento de incertidumbre, que puede afectar negativamente la inversión, el consumo y la actividad económica en general.
Según el PNUD, la incertidumbre se ha duplicado en América Latina respecto a los niveles registrados en 1990, cuando empezó la medición, y en la actualidad se sitúa casi un 50 % por encima de la media internacional, lo que refleja una “mayor sensibilidad de la región a amenazas globales”.
Causas del estancamiento
Detrás del deterioro, el informe apunta a tres factores: los rápidos cambios tecnológicos, la “profundización” de la fragmentación social, y el cambio climático.
Sobre el primero, el PNUD destaca que la transición digital en la región está “incompleta”: apenas un 2 % de la población tiene acceso a redes de 5G y los costos de banda ancha son cuatro veces más altos que en economías avanzadas.
En cuanto a la fragmentación social, el aumento de la desconfianza en las instituciones ha hecho que los votantes abandonen los partidos políticos tradicionales y apoyen a candidatos antisistema.
“Si bien la democracia se mantiene fuerte y la gente sigue votando, hay una corriente que está deteriorando algunos de los pilares democráticos”, dijo Fernández a EFE.
La población que apoyaría un golpe de Estado para enfrentar al crimen ha subido en todas las franjas de edad, pero principalmente entre los jóvenes, con un 50 % manifestando opiniones en ese sentido.
Por último, la intensificación de la crisis climática en la región, con un 31 % de la población latinoamericana expuesta a eventos meteorológicos extremos, “agrava” desigualdades ya existentes.
Frente a estos desafíos, el PNUD llama a desarrollar un nuevo “manual” que “encaje” con los tiempos actuales, y que tenga en el centro el concepto de resiliencia, definido como la habilidad para prepararse ante lo desconocido, responder a crisis y recuperarse posteriormente.
Por esta razón, la organización recomienda a los países ir más allá de los instrumentos tradicionales de combate a la pobreza y, por ejemplo, expandir la cobertura de la protección social para los que están excluidos por no ser suficientemente pobres.
Además, propone desarrollar una infraestructura digital “robusta” y una presencia estatal en todo el territorio que supere la rigidez burocrática e impulse la cooperación entre diferentes niveles de gobierno.EFE