MATÍAS ROMERO, México. El Gobierno mexicano comenzó a entregar ayer visas humanitarias o de tránsito a las personas que conforman una caravana de migrantes centroamericanos e informó que la procesión de unas 1,000 personas que fue criticada por el presidente estadounidense Donald Trump ya comenzó a dispersarse.
Algunos migrantes que despertaron el miércoles en el campamento dijeron que probarían su suerte y solicitarían asilo en Estados Unidos y otros en México.
Elmer Zelaya Gómez, un salvadoreño de 38 años de edad, ha estado durmiendo en un campo de fútbol junto con su esposa y sus tres hijos de 7, 13 y 14 años, mientras esperan que México les conceda las visas de tránsito y puedan continuar hasta la frontera norte. Zelaya Gómez quiere solicitar asilo en Estados Unidos y reunirse con parientes en Nueva York. “Nosotros no venimos de nuestros países solamente porque queríamos salir”, declaró el salvadoreño.