Mujeres sicarias: las nuevas muñecas de la mafia
Mujeres sicarias: las nuevas muñecas de la mafia

Especial connotación genera en México la reciente captura de alias Jennifer N, una poderosa mujer sicaria que lideraba una célula de narcotraficantes en el estado de Sonora, en la frontera entre México y los Estados Unidos. Al momento de su detención, la sicaria tenía en su poder un fusil AR-15, 4 cargadores, 264 cartuchos útiles. Asimismo un cuchillo, chalecos tácticos, una bolsa con marihuana y otra con presunta cocaína.

Jennifer N, al momento de su captura

La captura de Jennifer N es solo un capítulo más de una avanzada cada vez más consolidada: En el actual contexto de violencia generalizada, las mujeres ya no se conforman con ser esposas de un narco o formar parte de la estructura de primera línea de un grupo criminal. Ahora, las mujeres sicarias son tanto o más temidas que los hombres por su efectividad al momento de realizar sus tareas, que van desde la dirección de células hasta la ejecución.

Mujeres sicarias, una fuerza eficiente

Actualmente en México no existe una sola organización criminal, de las dedicadas al trasiego de drogas y otras actividades de delincuencia organizada, que tenga vedada la participación de las mujeres en sus labores ilícitas. Los principales cárteles de las drogas no tienen empacho en realizar el reclutamiento de mujeres entre sus filas para asignarles labores que van desde la administración de recursos hasta jefas de plaza.

Teresa Ruiz (izq.) y Mayra Hermosillo, de “Narcos: México”, parte del imaginario de las mujeres sicarias

Entre las principales organizaciones criminales que se valen de las mujeres para realizar sus actividades, según la Fiscalía General de la Republica (FGR) de México, se encuentran el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Asimismo, el Cártel de Sinaloa y el Cártel de los Hermanos Beltrán Leyva, que en promedio cuentan con entre 6 mil y 8 mil personas a su servicio. Estiman que por lo menos entre el 5 y el 8 por ciento de sus activos son mujeres.

De acuerdo a esta misma fuente de la FGR, los cárteles de los Zetas, de Juárez, de Tijuana, Caballeros Templarios, Nueva Familia Michoacana y del Golfo, que en promedio cada organización cuenta con entre 3 mil y 5 mil efectivos. Por lo menos entre el 3 y el 4 por ciento de sus integrantes son mujeres.

Autoras de delitos de alto impacto

De acuerdo con la estadística del gobierno mexicano, del total de mujeres que se encuentran recluidas en cualquiera de las 295 cárceles mexicanas, por lo menos el 11 por ciento, es decir mil 225, se encuentran en prisiones federales bajo proceso o sentenciadas con relación a delitos de alto impacto. Entre ellos homicidio, delincuencia organizada, tráfico de drogas, portación de armas y/o secuestro.

Otro dato revelador que aportan las estadísticas oficiales de las mujeres recluidas en prisión a causa de su participación dentro de los principales grupos delincuenciales, es el que refiere que la mayoría de las reclutadas por los grupos del narco y del crimen organizado, se encuentran privadas de su libertad en cárceles del Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Baja California, Sonora, Chihuahua, Puebla, Nuevo León y Guanajuato.

Coincidentemente son estas entidades federativas donde se registra la mayor la presencia de los tres principales grupos delincuenciales de México. El Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel de Sinaloa y Cártel de los Hermanos Beltrán Leyva, los que la FGR considera que son las organizaciones criminales que más mujeres reclutan.

Mujeres Sicarias

Son muchas las mujeres sicarias tristemente célebres en los últimos años. Aquí algunas de ellas:

La Catrina

María Guadalupe López Esquivel fue conocida como una jefa de sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Era llamada por su mote de “La Catrina” y con solo 21 años de edad fue emboscada por fuerzas federales y estatales entre los límites de los municipios de Tepalcatepec y Aguililla en Michoacán, donde perdió la vida frente a la vista de sus compañeros y testigos del lugar.

La Catrina formaba parte de la red de mujeres sicarias del CJNG, las cuales se caracterizan por ser jóvenes y atractivas para engañar a los adversarios.

Cártel de las Flacas

Verónica Mireya Moreno, una de las líderes del Cártel de las Flacas

El Cártel de las Flacas está compuesto por mujeres sicarias. Pese a que en apariencia pueden parecer inofensivas, estas mujeres realizan las difíciles tareas encomendadas por sus superiores: ejecutar a rivales, torturarlos y hacerles frente a los cárteles enemigos con sus rifles de asalto M4.

Operaban principalmente en la zona norte de México en estados como Baja California, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas. Eran conocidas por ser jóvenes, delgadas que usaban chalecos antibalas, cadenas de oro colgando sobre el cuello, cabello peinado hacia atrás y lentes de sol sobre su cabeza. Su apariencia casi infantil y su juventud las ayudaba a pasar desapercibidas ente sus víctimas.

Una de sus líderes fue Verónica Mireya Moreno Carreón (foto de arriba), quién se desempeñó como policía, e incluso fue condecorada por las autoridades por sus heroicas acciones. Pese a su trayectoria, unos años después Verónica se unió al cártel de los Zetas.

La otra de sus líderes más célebres fue Joselyn Alejandra Niño, que operaba en una zona que era escenario de distintas fracciones del Cártel del Golfo. Estaba identificada con un grupo llamado Los Ciclones, rival de Los Metro, quienes se atribuyeron el asesinato de la joven e incluso publicaron en Twitter fotografías de partes de su cuerpo desmembrado.

La Guera Loca

A Yesenia Pacheco le decían «la marazetas»

Yesenia Pacheco, ‘La Güera Loca’, fue una de las sicarias más célebres del Cartel del Golfo y se convirtió rápidamente en la enemiga de Los Zetas. Desde el 2009 avanzó rápidamente dentro del mundo de las drogas y se convirtió en la primera mujer en ser líder de «Las Hienas», una célula dentro del cártel que tenía a otras mujeres en ella.

Su suerte terminó en 2014, a tan solo 5 años de que se integró al Cártel del Golfo. Los Zetas encontraron a Yesenia Pacheco en compañía de otras tres mujeres y las secuestraron para después grabar su muerte en forma de venganza. A ella se le dedicó un corrido mexicano, llamado «La Guera».

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