Nueva York, (EFE).- La ciudad de Nueva York continúa en alerta por la contaminación causada por el humo de los cientos de incendios que arrasan Canadá, a pesar de que los cielos de la ciudad han amanecido este jueves despejados, tras dos días de una densa niebla que dieron un aspecto fantasmagórico a la ciudad.
Así lo dejó claro la gobernadora del estado, Kathy Hochul, que apuntó que la alerta también está vigente en otras regiones como Long Island, el sur del valle del río Hudson, así como las regiones central y oriental.
La alerta se produce pese a que el sol brilla en Manhattan y las nubes y el cielo azul son claramente visibles desde los mismos sitios donde ayer el aire estaba envuelto en una espesa capa naranja y el humo podía sentirse al respirar.
Hochul precisó que la alerta se mantendrá todo el día de hoy y volvió a pedir a los neoyorquinos que eviten las actividades al aire libre y que empleen mascarillas N95.
La gobernadora lanzó este recordatorio coincidiendo con el anuncio de que Nueva York enviará guardas forestales a Canadá para que colaboren en la extinción de los incendios.
La responsable política, que no precisó el número de guardas que se desplazarán al país vecino ni los medios de los que dispondrán, apuntó que era la primera vez desde 2005 que Nueva York enviaba refuerzos para ayudar a la vecina Canadá a controlar los incendios.
La ciudad dejó ayer numerosas estampas apocalípticas y fantasmagóricas, con todos sus lugares icónicos envueltos en una densa niebla y una luz entre amarillenta y anaranjada.
Hochul precisó hoy que se espera que el ozono o las partículas en suspensión en el aire, según el índice de medición de calidad del aire AQI, supere el valor de 100.
La alarma ante las escenas vividas ayer ha hecho que algunos musicales de Broadway cancelen sus funciones, y que los hospitales envíen mensajes a sus pacientes aconsejando no salir de casa ni abrir las ventanas.
Algunos índices internacionales de medición de la contaminación del aire han situado a Nueva York en los últimos días entre las tres o las dos ciudades más contaminadas del planeta, junto a urbes como Dhaka (Bangladesh), Lahore (Pakistán), Tel Aviv (Israel) o Nueva Delhi (India).
Además de en Nueva York, las alertas por contaminación continúan activas en gran parte del noreste de Estados Unidos, por el riesgo de inhalar aire potencialmente dañino.
Los últimos datos de las autoridades canadienses señalan que desde enero las llamas han consumido 3,8 millones de hectáreas de bosque, cuando la media desde 1990 es que los incendios forestales quemen un total de 2,5 millones de hectáreas al año.