Roma. El papa Francisco afirmó que los refugiados no hacen turismo, sino que son “hermanos y hermanas que tuvieron que escapar” de sus países en conflicto y arriesgar sus vidas.

El papa participó en un encuentro de la organización Scholas Occurrentes en Roma, en el que pudo hablar con jóvenes de 41 países, algunos presentes y otros conectados por remoto. Jorge Bergoglio pidió abrir los corazones a los llegados a Europa porque “no vienen a hacer turismo”, sino que arriesgan sus vidas y ven la necesidad de “escapar de una prisión que no les deja vivir como hombres libres”.

El pontífice lamentó la crisis migratoria que lleva años sucediendo en el Mar Egeo, el Atlántico, con la llegada de refugiados a las Islas Canarias, y en el Mediterráneo, que “se está convirtiendo en el cementerio más grande del mundo”.

Asimismo, condenó las condiciones terribles que experimentan los refugiados y puso como ejemplo las costas de Libia: “aquellos que son tomados después por las mafias, los explotan, los torturan, a las mujeres las venden”, dijo.

A las mujeres jóvenes les preguntó si podían imaginarse que las vendieran como mercancía, “esto sucede hoy, con chicas como ustedes, con madres jóvenes”.

Como ha hecho en diversas ocasiones durante su pontificado, Francisco recordó la importancia de la “cultura del encuentro” para que las sociedades se mantengan unidas y dijo que, si se olvida, “el corazón se fosiliza” y se cae “en lo socialmente correcto”, que es lo que hace que la gente acabe perdiendo su personalidad.

El papa Francisco viajará del 2 al 6 de diciembre a Chipre, Grecia y volverá a visitar la isla de Lesbos, símbolo de la llegada de migrantes a Europa y que ya visitó el 16 de abril de 2016.

Francia en crisis

La última tragedia migratoria registrada en el Canal de la Mancha, donde ayer miércoles murieron 27 personas en el naufragio de la embarcación en la que querían llegar al Reino Unido, ha llevado a Francia a acelerar la lucha contra esos flujos irregulares con otros países directamente implicados.

Este domingo en Calais, punto destacado de las travesías marítimas con destino al Reino Unido, el Ejecutivo galo ha invitado a los titulares de Interior de Bélgica, Alemania y Holanda, además del británico y de la Comisión Europea, para abordar ese combate.

El objetivo buscado, según dijo tras una reunión gubernamental francesa el primer ministro, Jean Castex, es “definir las vías para reforzar la cooperación policial, judicial y humanitaria para luchar mejor contra las redes de traficantes implicados en los flujos migratorios”.

Porque aunque el naufragio del miércoles tuvo lugar en aguas territoriales francesas, desde donde la travesía es más corta, París destaca que la mayoría de migrantes que se aventuran hacia las costas británicas cruzan la frontera terrestre gala “horas antes” de ese intento, por lo que “se trata de un problema que necesita un enfoque intergubernamental y europeo”.

Francia trabaja para desmantelar redes

Francia recuerda que sus policías y gendarmes actúan “día y noche” tanto para socorrer a quienes se lanzan al mar como para desmantelar las redes de traficantes. Desde principios de año, 7,800 inmigrantes han sido rescatados y “más de 1,550 traficantes han sido detenidos”. En una decisión que refleja la actual tensión migratoria, la cadena de establecimientos de equipos deportivos Decathlon retiró este mes en varias tiendas del norte de Francia la venta de embarcaciones recreativas para evitar que puedan ser utilizadas por migrantes en su intento de llegar al Reino Unido.

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