El Gobierno de Paraguay anunció ayer una mayor restricción horaria a la movilidad a partir este lunes y la suspensión de las clases presenciales desde el día 18 por dos semanas en 23 ciudades para frenar el aumento de casos de covid-19 que mantiene en colapso el sistema sanitario del país.
El horario del toque de queda será rebajado ‘de cero a las 20 (horas) hasta las 5 de la madrugada en zonas consideradas rojas, dando prioridad a las fuerzas públicas para establecer niveles y modelos de control mucho más rígidos’, afirmó en rueda de prensa el ministro paraguayo del Interior, Arnaldo Giuzzio.
«Los servicios de salud están, lastimosamente, repletos y la terapia intensiva actualmente está casi… está en un 100% de ocupación los servicios públicos como privados», advirtió el ministro de Salud, Julio Borba.
En la misma conferencia con los medios, realizada en la residencia presidencial de Mburuvichá Róga, el ministro de Salud, Julio Borba, anunció que durante dos semanas regirá además ‘el trabajo en cuadrilla obligatorio en el sector público y a modo de recomendación en el sector privado’.
El límite de horario en el funcionariado será hasta las 13 horas, dado que ‘la idea es que no vayan todos debido a la alta carga de contagios que tenemos en capital (Asunción) y Central’, departamento de mayor población, agregó Borba.
La lista de 23 ciudades de mayor impacto en esta segunda ola de la pandemia, enumerada por el ministro del Interior, incluye además Ciudad del Este, segunda urbe del país, limítrofe con Brasil, y Encarnación (sur), en la frontera con Argentina.
Por su parte, Borba advirtió de que, ‘según como se vaya presentando la situación epidemiológica, en Semana Santa podríamos tomar medidas más restrictivas’, al reiterar que actualmente los servicios de salud tanto públicos como privados ‘están repletos’.
‘Hay que entender que con la cuarentena inteligente que duró varios meses el año pasado lo que intentábamos fue evitar el ingreso del virus y preparar el sistema’, resaltó, al recordar que en ese tiempo fueron construidos áreas de contingencia, se reforzaron camas de terapia y se contrató más personal.
Entretanto, el ministro de Educación, Juan Manuel Brunetti, dijo que las clases presenciales pararán a partir del próximo jueves para que entre el lunes y el miércoles los docentes de las ciudades afectadas ‘puedan acompañar a los estudiantes en el proceso de educación a distancia’, que se mantendrá.
Desde el pasado 2 de marzo, el sistema educativo paraguayo había retomado las clases en un formato híbrido, combinando las presenciales con las virtuales.
‘En la última semana tuvimos un crecimiento del 70 %’, indicó Brunetti, en alusión al acelerado aumento de los contagios dentro de lo que las autoridades sanitarias describen como una segunda ola con una media de 2.000 casos diarios en una población de siete millones de personas.
Paraguay, que figura entre los países más rezagados en el proceso de vacunación en América Latina, acumula 180.014 positivos y 3.476 fallecidos tras los 20 reportados este domingo, mientras la cifra de hospitalizados es de 1.387 con 349 en cuidados intensivos.
Al abarrotamiento de los hospitales se ha sumado el desabastecimiento de medicamentos básicos, lo que ha motivado una reacción ciudadana con protestas diarias desde hace diez días para exigir la renuncia del Gobierno del presidente Mario Abdo Benítez, del conservador Partido Colorado.