Saint John’s, 26 jun (EFE).- El Gobierno de Brasil pidió este jueves a la Organización de los Estados Americanos (OEA) que recupere su “capacidad de mediar” y “vuelva a contar con la participación de todos los países” del continente.
“Juntos, tenemos la oportunidad de colocar a la organización en el camino del entendimiento y del respeto al derecho internacional, que le permita volver a tener capacidad de mediar y ser un interlocutor relevante”, dijo la secretaria general de Relaciones Exteriores, Maria Laura da Rocha, que lidera la delegación brasileña en la 55ª Asamblea General de la OEA, en Antigua y Barbuda.
Para ello, señaló que deben “trabajar para que la OEA vuelva a contar con la participación de todos los países de las Américas”, aunque no mencionó ningún caso en concreto.
Actualmente, el asiento de Venezuela en la OEA está desocupado.
En 2017, el Gobierno de Nicolás Maduro denunció la Carta de la OEA para retirarse formalmente del foro, un proceso que dura dos años, pero en 2019 el organismo reconoció al opositor Juan Guaidó como presidente interino del país y este retiró la denuncia.
El nuevo secretario general de OEA, Albert Ramdin, se ha mostrado abierto al diálogo y espera dilucidar cuál es el estatus legal del país en el organismo.
No obstante, la diplomática brasileña no mencionó en ningún momento de su intervención la crisis política, social y económica venezolana.
Después de pedir la participación de todos en la OEA, afirmó que “es esencial evitar retrocesos en el campo de los derechos humanos”.
También demandó una OEA con una estructura “más eficaz” y “ágil”, capaz de responder “a los intereses de todos los países”.
“Nuestra organización puede contribuir para la búsqueda de soluciones efectivas para problemas comunes” y garantizar “más diálogo con todos los actores”, manifestó.
promover diálogo
En este sentido, se alineó con la visión de Ramdin e insistió en que “es fundamental que la organización sea capaz de promover diálogo y la búsqueda de consensos”.
“Necesitamos una OEA que adopte métodos de trabajo modernos, asegurando procesos decisorios inclusivos y legítimos. Una OEA que sea sostenible financieramente y, sobre todo, que genere resultados con transparencia y prestación de cuentas”, agregó.
Por otro lado, Da Rocha enumeró los desafíos más significativos que enfrenta América, entre ellos “la radicalización de la política, el crecimiento de la desinformación”, la proliferación de los desastres medioambientales, “el flagelo del hambre” y el tráfico de drogas.
También mencionó la crisis del multilateralismo y del derecho internacional, “que ha sido frecuentemente ignorado”.
“Sin reglas compartidas y sin diálogo efectivo, los desafíos se vuelven todavía mayores. En este contexto, la OEA se muestra necesaria”, expresó.