Joe Biden, presidente de los Estados Unidos
Joe Biden, presidente de los Estados Unidos

La escala de Gleason es un sistema médico que evalúa la agresividad del cáncer de próstata analizando la apariencia de las células tumorales. Con un puntaje que va de 6 a 10, una puntuación de 9, como la de Biden, representa un tumor con alto potencial de expansión y crecimiento rápido. Esta clasificación se considera entre las más severas dentro de los diagnósticos prostáticos.

El cáncer ya alcanzó los huesos: un reto para el tratamiento

Según informes médicos, el cáncer que padece el mandatario ya ha hecho metástasis ósea, lo que complica su tratamiento. En estos casos, las opciones de cura son extremadamente limitadas. Sin embargo, Biden responde a un subtipo sensible a hormonas, lo que abre la posibilidad de aplicar terapias que frenen su desarrollo.

Biden continúa en funciones: la Casa Blanca mantiene la calma

Pese a la severidad del diagnóstico, la Casa Blanca comunicó que Biden sigue trabajando con normalidad. Se encuentra bajo monitoreo médico constante y su familia evalúa diversas opciones terapéuticas, que podrían incluir ensayos clínicos y tratamientos hormonales avanzados.

Qué síntomas delataron el cáncer y cómo se detectó

El diagnóstico se realizó tras una evaluación médica por problemas urinarios, un síntoma común en casos avanzados de cáncer de próstata. Este tipo de tumor suele permanecer latente durante años, y solo cuando afecta la uretra comienzan a presentarse señales como la micción frecuente o débil.

Un diagnóstico común, pero de evolución preocupante

El cáncer de próstata es el segundo más letal entre hombres en EE.UU. Aunque es frecuente en mayores de 80 años, los expertos destacan que el caso de Biden es más agresivo de lo habitual. El urólogo Ryan Cleary explicó que su estadio es más avanzado que el que presentan la mayoría de pacientes diagnosticados.

Esperanza basada en tratamientos hormonales y control clínico

El doctor Jamin Vinod Brahmbhatt, especialista en salud masculina, indicó que aunque no hay cura, los tratamientos hormonales pueden prolongar la vida y mejorar la calidad. En algunos casos, los pacientes sobreviven más de cinco años, pero cada caso depende del estado general de salud y de la respuesta a los tratamientos.

Posted in Internacionales

Más de panorama

Más leídas de panorama

Las Más leídas