Brasil. Río de Janeiro, la ciudad más emblemática de Brasil, registró en julio un aumento del 49% en las muertes de civiles a manos de la policía, en el comparativo interanual, el mayor número para este mes desde 1998, informaron ayer fuentes oficiales.
En total 194 personas fueron muertas por la policía en julio, lo que supone que más de seis individuos fallecieron en Río durante intervenciones policiales cada día durante el mes, según cifras divulgadas por el Instituto de Seguridad Pública, un organismo vinculado a la gobernación regional.
En el lado opuesto, ningún policía murió en servicio durante el séptimo mes del año. En julio del año pasado, fallecieron cuatro agentes.
Las autoridades de Río, fuertemente criticadas por ONG y por la Defensoría del Pueblo por abuso de poder en las comunidades, donde son acusadas, entre otras cosas, de irrumpir en las residencias sin mandatos de la justicia y disparar desde helicópteros durante los operativos policiales, justifican su accionar en la lucha contra la delincuencia.
De acuerdo con el ISP, los homicidios dolosos en julio sumaron 309, una caída del 25% en comparación con el mismo mes de 2018.
El crimen que también ha retrocedido un 23% en el acumulado de los primeros siete meses del año, con 2,392 muertes, en relación con el mismo período de 2018.
La policía del Estado de Río de Janeiro mató una persona cada cinco horas, un total de 881 en el primer semestre del año.
De acuerdo con información oficial, el alza en las cifras coincide con el lanzamiento de la llamada “guerra” contra el crimen organizado, a través de operaciones ordenadas por el gobernador Wilson Witzel.
Los sospechosos caídos a manos de las fuerzas del orden fueron un 14.5 por ciento más que en el mismo período del año pasado.
