Trabajadoras domésticas han sido contagiadas de enfermedades graves debido a que en su lugar de trabajo les ocultarían que algún miembro de la familia está infectado para garantizar que este sea cuidado y asistido por la empleada.

Así está registrado en la investigación Epidemiología del trabajo doméstico: el proceso de vivir, trabajar, enfermar y morir de las trabajadoras del hogar realizado por Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y la Fundación Friedrich Ebert.

En lo que refiere que el 70% de las trabajadoras domésticas encuestadas tiene una prevalencia de enfermedades del sistema respiratorio, el 65% padece de enfermedades del sistema osteomuscular y el tejido conjuntivo, incluyendo artritis y trastornos articulares; el 46.7% tiene alguna enfermedades del sistema nervioso.

En tanto que el 31.7% tiene trastornos mentales y del comportamiento; el 26.7% presenta lesiones, envenenamiento y otras causas externas y el 15.8% presenta enfermedades del sistema circulatorio.

Contagio de tuberculosis

“Pongo, el ejemplo de una compañera que tuvimos el caso hace ya como un año. Ella estuvo atendiendo a un paciente que estaba en condición de tuberculosis, pero ella nunca lo supo. Y como ella no lo sabía, era quien le administraba los medicamentos, lo atendía, lo bañaba, todo hasta que el estuviera en recuperación, pero como ella no sabía que él tenía tuberculosis, ella no se protegió y terminó contagiada”, expresó una de las encuestadas al hablar de los casos de neumonía en las domésticas. Entre las enfermedades frecuentes que afectan a esa población también figuran la gripe y problemas respiratorios debido al alto uso de detergentes, cloro, desinfectantes y todo ese tipo de químico que uno utiliza para la limpieza del hogar.

Otra de las categorías que se describe dentro del perfil epidemiológico es la racialización dentro de la afrodescendencia de las trabajadoras domésticas dominicanas e inmigrantes.

El 18 % de las trabajadoras encuestadas reconoce haber sufrido algún tipo de discriminación o racismo en el proceso de trabajo doméstico.

Cuando se les consultó sobre los tipos de prácticas de inferiorización racial, social y de género se evidencia que un 60 % de las mujeres en empleo doméstico es atacada por su condición de clase social y/o su condición migratoria (inmigrantes). En segundo lugar, aparece el racismo de acuerdo al “color de piel” (8 %).

No entregan materiales de protección personal

Refiere que queda evidenciado que una proporción del 61 % de las trabajadoras no tiene acceso permanente a los materiales de protección personal, para el uso y la manipulación de sustancias químicas dañinas para la salud. Seis de cada diez trabajadoras domésticas no cuentan con la disponibilidad de medios de trabajo y medidas de protección oportunas y adecuadas para el proceso de limpieza con químicos, requerido por las patronales domésticas.

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