El compás del Himno Nacional marcó el inicio de la travesía que navegará un grupo de jóvenes en la Armada Dominicana, una de las tres ramas en que se divide el Ministerio de Defensa de la República Dominicana.

Con su equipaje de sueños a cuestas, se formaban en sólidas hileras justo al centro de la explanada de la Academia Naval para hacer el juramento que cambiará sus vidas.

El solemne acto continuó con un momento de mucha emoción. Los jóvenes se inclinaban y juraban fidelidad a la bandera dominicana, ante la mirada orgullosa de familiares y superiores.

Un rocío de agua dirigida desde un camión de bomberos, previamente bendecida, los bautizaba y, como si de una aprobación divina se tratara, un arcoíris embelleció el simbólico momento en que pasaban de una vida civil a militar.

La ceremonia forma parte del protocolo de ingreso de unos 75 nuevos aspirantes a marinos, 14 de los cuales son mujeres y 3 extranjeros. El grupo agotará un calendario formativo de 8 semestres que incluye un programa propedéutico, de entrenamiento y adaptación, según describe el capitán de fragata Randy Vegazo Fanith, subdirector de la academia.

“Es difícil dejar de ver a mi hijo”

Antes de internarse, Diego de León Gómez, de 18 años, y Ericka Pérez, de 20, se despidieron de sus padres. El semblante de ambos jóvenes reflejaba la emoción que sentían al iniciar un camino que los llevaría a alcanzar una profesión de honor, como la de Ciencias Navales.

“La Armada siempre ha sido un sueño para mí. Formar parte de este cuerpo y ayudar a la Patria en todo lo que sea posible, es mi mayor propósito”, expresó Diego de León, convencido de que para cumplir su sueño, debe hacer grandes sacrificios.

Su madre, Mirla Gómez, conmocionada, expresó lo difícil que es dejar de ver a su hijo por un largo tiempo, pero confía en que la institución lo guiará.

“Ella es mis pies y manos”

Mientras que la joven Ericka Pérez aseguró estar lista para la “batalla”. Su padre, un pastor evangélico de Santo Domingo Norte, manifestó lo mucho que la extrañará.
José Pérez Mejía describió a su hija mayor como su sostén de vida. “Me hará falta porque mi niña donde quiera que yo voy ella va conmigo. Después de Dios ella es mis pies y manos, pero lo decidió y yo la apoyo”, sostuvo el señor destacando el orgullo que siente por su primogénita.

Un promedio de 75 a 100 jóvenes ingresa academia

Después de que los 75 jóvenes despidieran a sus familiares, los comandantes les dieron la última instrucción antes de tomar su equipaje y avanzar en un desfile “pasodoble”, que fue el primero de los tantos que realizarán durante sus cuatro años de carrera. La Armada recibe cada año cientos de solicitudes, logran ingresar en promedio entre 75 y 100 aspirantes, lo que evidencia el interés que genera este centro de formación militar entre los más jóvenes.

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