Bambú: en el trayecto a la industrialización

En el territorio dominicano las plantaciones de bambú están presentes por muchas partes. Hay bambú en Monseñor Nouel, en La Vega y en Cotuí, en el municipio Villa Altagracia, en San Cristóbal, en Santiago y en Rancho Arriba, San José de Ocoa.

En el territorio dominicano las plantaciones de bambú están presentes por muchas partes. Hay bambú en Monseñor Nouel, en La Vega y en Cotuí, en el municipio Villa Altagracia, en San Cristóbal, en Santiago y en Rancho Arriba, San José de Ocoa.

También hay en la provincia Santo Domingo, en Monte Plata y en Sabana de la Mar. La producción históricamente ha estado enfocada hacia la protección de los suelos, sin que se tuviera una visión amplia del negocio que representa.

República Dominicana no tiene tanto bambú como Centroamérica, pero en todo caso, se calcula que internamente existen unas 40 hectáreas sembradas de esa planta, de acuerdo con una investigación realizada por el taiwanés Shyh-Shiun Lin, gerente del programa de Industria de Bambú para Latinoamérica y el Caribe. En el estudio participó también Rafael Peña Rosario. Una hectárea es el equivalente a 16 tareas, es decir, que si se multiplica 40 por 16, entonces la cantidad de tareas es de 640 (poco, cuando de industrialización se trata). Shiun Lin, cuando aborda sobre el estudio del bambú, deja claro dos puntos: Primero, que en él no está incluida la parte este de República Dominicana (falta estudiarla) y que si se realizara una investigación satelital, se comprobaría que el país tiene una mayor cantidad de bambú en sus tierras, de lo que hasta ahora se sabe.

En el año 1978, la Misión China de Taiwán acreditada en el país introdujo variedades procedentes de lugares con condiciones agroecológicas similares a las dominicanas. En ese entonces el bambú se utilizó para proteger cuencas de ríos, arroyos, cañadas, y taludes de caminos y carreteras. Y así ha sido por muchos años. También se capacitaron jóvenes que iniciaron el desarrollo de pequeños talleres de muebles artesanales en diferentes localidades dominicanas.

En la actualidad, se está trillando un nuevo sendero y para él se dan pasos más certeros a través del Proyecto de Rehabilitación de la Industria del Bambú en la República Dominicana, que cuenta ya con las instalaciones, equipos y maquinarias para la transformación del bambú. Para tales fines se está fomentando la siembra de la especie Dendrocalamus Asper, introducida desde Guatemala.

La nave industrial del proyecto se encuentra en San Isidro, Juma-Bonao, en la calle Duarte número uno y cuenta ya con las maquinarias adecuadas para convertir el bambú en madera terciada. Las maquinarias fueron donadas por el Gobierno de China-Taiwán. Con la madera terciada del bambú se podrán fabricar pisos, juegos de habitación, cortinas, mesas, muebles, portatarjetas, portaservilletas, portavasos, mecedoras y sillas, entre otros productos y artículos. El acuerdo correspondiente a la nave industrial fue firmado entre los gobiernos de República Dominicana y el de Taiwán el 29 de abril de 2015.

El objetivo de la industria es incentivar el cultivo, producción, transformación y comercialización de mercados en la República Dominicana, beneficiando el medio ambiente y la sociedad.

El bambú pertenece a la familia de las gramíneas. Se distingue por tener tallos leñosos y huecos y un complejo sistema de rizomas. De acuerdo con estudios sobre el tema, existen más de 1,250 especies de bambú en el mundo, una parte de ellas están presentes en República Dominicana. Existen especies con un crecimiento de más de un metro por día.
El bambú es considerado como una planta de fácil manejo, utilizado en la realización de artesanías, muebles, construcciones y otros. Expertos consultados por este diario, entre ellos Shyh-Shiun Lin, plantean que el bambú, además de ser elegante y beneficioso, retiene siete veces más agua que los árboles que normalmente se conocen. Es considerado como el “acero verde” por la resistencia que tiene.

El territorio nacional tiene mucho terreno apto para producir bambú. Hasta ahora se están usando (comercialmente en la elaboración de piezas y productos) principalmente dos tipos de plantas para luego de cinco años ir probando otras. “Los que hay actualmente suelen ser torcidos, por tanto, se necesita un tipo de bambú que pueda desarrollarse más derecho y que comercialmente rente más”, le dice el experto Shiun Lin a elCaribe, en una conversación sostenida inicialmente en un taller de artesanía de bambú y luego en extensa y ya equipada nave industrial.

El taller es el perteneciente a la Cooperativa de Fabricantes de Muebles de Bambú (Coobambú), de Bonao, el tercer proyecto visitado de sorpresa el 9 de diciembre de 2012 por el presidente Danilo Medina. “Nicaragua, por ejemplo, tiene grandes avances en el área del bambú”, plantea el taiwanés que realizó el estudio, sin soltar el interés en el tema ni siquiera un segundo. Tiene experiencia en el área. Ha estado envuelto en él por más de 30 años y ha estado presente laborando y asesorando en muchos países de la región.
La casa donde vive Shyh-Shiun Lin es de tamaño modesto, pero el espacio es aprovechado de tal manera que caben tantas cosas como si fuera grande. En ella hay todo tipo de objetos elaborados (en Taiwán) a partir de bambú. Incluso, la tarjeta de presentación que Shiun Lin le entrega al equipo de prensa de este diario la extrae de un portatarjetas hecho de bambú.

Una de las fincas incluidas en el Proyecto de Habilitación de la Industria del Bambú en la República Dominicana está ubicada en Villa Altagracia. En ella de lejos se observa el verdor y el tamaño en cada una de las macollas existentes. Una macolla son todas las varas que se juntan formando una especie de grupo. Es como si usted dijera (en sentido figurado) que una mano de una persona es una macolla –porque tiene cinco dedos juntos pegados de un mismo lugar- y la otra mano una macolla también.

Una macolla puede llegar a desarrollar cantidades ilimitadas de varas (si no se cortan), lo que significa que si en un terreno equis se han desarrollado, por ejemplo 280 macollas con una cantidad de 30 varas cada una, entonces en ese terreno el propietario tendrá 8,400 varas de bambú.

En República Dominicana desde hace años es notoria la presencia de talleres de artesanos de bambú. Una parte importante de ellas, está ubicada, en Monseñor Nouel, tanto en la parte interna de la provincia, como a orillas de la autopista Duarte, especialmente en la dirección a la derecha si usted transita del Cibao a Santo Domingo. l

¿Cuáles variedades están presentes a nivel local?

En los campos dominicanos se desarrolla una amplia variedad de bambú, algunos incluso comestibles. De ellos apenas algunos son aptos para la industrialización. Entre los tipos de bambúes figuran, en general: Bambusa Stenostachya Hackel, Bambusa Dolichoclada, Guadua Angustifolia, Bambusa Eludis, Bambusa Vulgaris, Phyllostachys Makinoi.

Generalmente, donde hay plantaciones de bambú es poco problable que se desarrollen malezas. Las hojas que caen evitan que eso ocurra.

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