Comerciantes de la capital se quejaron ayer de las bajas ventas que exhiben sus negocios y tiendas en estos días de Navidad y víspera de Año Nuevo.

Los buhoneros y vendedores formales de la avenida Duarte, el Mercado Nuevo y zonas aledañas denuncian que hay poca divisa en las calles y que la situación es crítica.

“No hay circulante, la gente no tiene dinero… aquí se han pasado los días después del 24 (de diciembre) nosotros haciendo cuentos”, expresó Felipe Octavio Carvajal, visiblemente apenado, quien tiene 20 años de experiencia en los negocios. En la actualidad se dedica a vender ropa de paca, zapatos y accesorios para celulares en la calle París con Jacinto de la Concha.

El comerciante aseguró que el año pasado, para esta fecha, la demanda era mayor. “Uno no daba abasto los días 30 de diciembre. Todavía, los (días) 31 (de diciembre) uno “picaba” mucho hasta las dos de la tarde, pero este año la cosa ha sido bastante mala”, indicó el negociante a este periódico.

Y como si fuera una bola de nieve, la queja del buhonero se expandía más y más en los demás consultados, a medida que un equipo de elCaribe recorría la ciudad para constatar el dinamismo comercial, típico de la época.

No obstante, fue evidente el poco flujo de clientes en las distintas tiendas que ofertan productos, tales como lencerías, ropas, calzados, frutas, vegetales y carnes, por solo mencionar algunos. En vez de encontrar un lleno de gente, los comercios se veían desamparados y en algunos, apenas, se divisaban unas pocas personas.

“El comercio, ahora mismo, está muy flojo y lento; está muy, pero muy detrás en comparación a otros años”, comentó Geraldo Peña, gerente de la tienda Alcentro, en la avenida Duarte con París.

Al ponderar que la situación no es la misma, explicó que parte del cambio en la actualidad es que, a diferencia de antes, solo algunas personas estrenan ropas nuevas para el 31 de diciembre y Año Nuevo, porque la gente ya “no le da mente a eso”. “A la gente le da lo mismo ponerse una ropa nueva como vieja”, detalló el vendedor.

Mercado Nuevo

Al igual que los demás comerciantes, una señora que vendía coco y gandules verdes, en el Mercado Nuevo de la avenida Duarte, quien prefirió reservar su nombre, señaló que el año pasado se vendía más que ahora.

“Todo ha subido de precio. Están muy altos los precios”, detalló la mujer, quien se resistía a hacerse una foto. Dijo que la libra de gandules (muy usuales en Navidad para hacer moro) se paga a 20 pesos y se despacha a RD$25.

Por su lado, Yeury García Hernández, quien también negocia en el Mercado Nuevo, explicó que la venta está más floja que otros años. “Antes uno vendía RD$60 y RD$70 mil, ahora uno vende RD$20 y RD$30 mil, así”, subrayó.

Dirigente Asociación de Buhoneros del Distrito Nacional (Abudina)

Sobre el tema habló con este medio el secretario de Finanzas de la Asociación de Buhoneros del Distrito Nacional (Abudina), Erick Encarnación Morillo, quien también se quejó de la poca demanda.

“Aquí no he visto un día de ventas. Aquí no se ha visto un día que se haya llenado de gente comprando. Tal como se puede ver, yo tengo un negocio aquí de los más abultados… y me estoy quejando, porque no he tenido un día de ventas”, expresó el dirigente sindical, cuyo negocio se encuentra en la calle París, cerca de la avenida Duarte.

Morillo dijo que las ventas han estado “muy malas” y comparó la demanda de clientes en Navidad como si fuera el Día del Padre. “Las ventas han estado aquí más mal que en todos los años. En todo lo que tengo de época trabajando, que tengo aquí más de 30 años en el comercio, para mí este ha sido el año más malo”, sustentó, al considerar las causas del poco flujo de clientes a la carencia de las cosas.

El Mercado Nuevo de la avenida Duarte se veía desolado de clientes.

Los días previos al 24 han sido los más dinámicos

Hace unos años, antes de la Nochebuena (24 de diciembre), las principales avenidas y plazas comerciales del Distrito Nacional y Santo Domingo lucían abarrotadas de personas en busca de ropas, calzados y comestibles. Las avenidas Duarte y París eran un “hervidero humano”, principalmente, debajo del elevado, donde el comercio de ropas y calzados de medio uso, se desarrollaba en medio de la vigilancia de un amplio contingente policial diseminado para prevenir atracos. El 19 de diciembre del año pasado, la avenida Duarte parecía una vía peatonal, ya que los transeúntes transitaban a la par con los vehículos, debido a que no cabían en las aceras, mientras que el taponamiento parecía interminable.

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