El intercambio cultural de jóvenes dominicanos que incursionan en el Summer Work

Cada año son más los  jóvenes dominicanos que buscan la manera de viajar a los Estados Unidos con fines de oportunidades y experiencias. Por tal razón, miles de universitarios incursionan cada verano en el programa Summer Work, con miras de nuevos horizontes y autonomía de sus vidas sin morir en el intento. Ahorrar, conocer, explorar, mejorar el inglés, pagar […]

Cada año son más los  jóvenes dominicanos que buscan la manera de viajar a los Estados Unidos con fines de oportunidades y experiencias. Por tal razón, miles de universitarios incursionan cada verano en el programa Summer Work, con miras de nuevos horizontes y autonomía de sus vidas sin morir en el intento.

Ahorrar, conocer, explorar, mejorar el inglés, pagar cuentas, lograr el inicial de un vehículo  o apartamento, son algunas de las motivaciones de los estudiantes, quienes señalaron a elCaribe, que según su proyecciones pueden generar ingresos que equivalen a un año de trabajo en el país.

De acuerdo a Ramón Alberto Tavarez Frías, CEO Fundador de Ace International, el programa ha tenido un crecimiento en los últimos 8 años. En sus postreras temporadas han participado alrededor de 10,000 estudiantes promedio, que rondan por un estimado de más de 3 mil estudiantes cada año.

El anhelo de superación y desarrollo despierta en la juventud la búsqueda de alternativas para mejorar su futuro, y este intercambio cultural abre paso a ese camino.

Así lo expresó  Ambar Peña, una estudiante de comunicación social, que ha viajado tres veces a este programa estadounidense. En 2019 obtuvo su primera experiencia en la ciudad de Atlanta. Tras su regreso al país invirtió parte de sus ahorros en la  música con el lanzamiento de su primer sencillo.

“Vemos el mundo de otra manera luego que llegamos de los Estados Unidos. Al estar en contacto con el mundo exterior todo cambia“, dijo.

Ambar junto a su bandera dominicana en el estadio de pelota de Milwaukee en Wisconsin

Peña, realizó su segundo intercambio en el estado Wisconsin, donde la convivencia con las diversas nacionalidades y el entorno fue agradable.

 “Con los búlgaros vivíamos siempre peleando  por las diferentes culturas pero nos apreciamos. Lloramos  cuando nos tocó despedirnos porque nos íbamos a extrañar, ya que  vivimos en continentes diferentes pero con la esperanza de volver a reunirnos”, añadió.

Otro testimonio es el de Ornela Ramírez, una estudiante de lenguas modernas, que participó del programa en dos ocasiones y catalogó el mismo como una aventura única.

“Me gustó el ambiente laboral, los managers eran muy buenos. En el primer viaje  pude pagar  lo que debía y ahorrar un poquito… Volví a repetir para el 2022 y decidí conocer otros estados. Fue una experiencia única y mejor que la primera a pesar de que tiene su momento difíciles uno vive cosas muy lindas”, expresó.

Ornela posando en el letrero de la ciudad de Cleveland, en Ohio.

Ramírez enfatizó que más allá de todo lo que puedo pasar, conocer turcos, búlgaros y jamaiquinos se quedan en el corazón. «Sin duda es una experiencia que vale la pena vivir», manifestó,

Ornelia en Madison, la capital del estado de Wisconsin, Estados Unidos

Asimismo, la joven Anny Ruíz comentó a elCaribe que obtuvo más de un empleo en las distintas ocasiones que realizó el intercambio. Hoy en día mantiene una cantidad de dinero de su último viaje que piensa invertirlos en el inicial de un carro, apartamento o algún negocio.

Sin embargo, más que conocer otras nacionalidades o regresar con pequeños ahorros existen momentos inolvidables en las mentes de estos jóvenes.

Alex Rodríguez, un estudiante de ingeniería motivado por la búsqueda su crecimiento personal y el idioma, viajó dos veces al programa. En una de las ocasiones comentó a elCaribe que su anécdota más impactante fue rescatar a una niña de un río.

“Ver a su familia y a su padre cómo me agradecieron me hizo sentir tan bien y extraño”, dijo.

Alex junto a sus compañeras de intercambio.

Pero no todo es tan fácil,  Rodríguez presentó problemas para adaptarse en la convivencia de su grupo que partían desde argentinos a húngaros.

De igual manera, Omar Daniel Domínguez vivió una experiencia agridulce en su primer viaje, ante la falta de orientación y búsqueda. Así como la soledad que imperaba al estar lejos de casa.

Daniel, el joven de la gorra que sonríe junto a sus compañeros del summer para una foto.

Tras realizar varios viajes, Daniel pudo adaptarse e integrarse a la cultura. Al día de hoy debido a esos ahorros del programa construyó su casa, la cual hoy disfruta junto a su esposa.

Casa de dos niveles de Daniel ( Continúa en construcción)

De igual manera, a Manuel Jonalfi Feliz, de 24 años, el programa  le permitió viajar, conocer el país de Estados Unidos, su cultura y mejorar el inglés.

«Fue una experiencia muy amena, en la cual, aparte de conocer sobre la cultura y costumbres de los estadounidenses, también conocí varios amigos, siendo esa una de las razones de volver la segunda vez al mismo lugar», comentó.

Manuel en su area laboral junto a una compañera.

No tan rosa

La experiencia cultural que viven los jóvenes no siempre está cargada de grandes momentos. En algunas ocasiones ciertos eventos pueden llegar a sentirse amargos.

Ambar se empleó como camarera en su segundo viaje y comprobó los prejuicios que existen en las pieles oscuras.

Otro punto son los empleos y pagos ofertados, que de acuerdo a los estudiantes en algunos casos al llegar a los Estados Unidos, se ven envueltos en otra realidad con poco presupuesto y calidad.

“Son cosas que pasan y no te las cuentan, todo te lo pintan de color de Rosa, pero tienen sus cosas malas”, añadió Keyla Garcés, estudiante de medicina.

Garcés vivió una mala experiencia en su primer viaje. Este 2022 repitió el summer y  expresó a elCaribe que fue lo mejor que le pasó.

Keyla por las calles de Manhattan, de la ciudad Nueva York

“Fue un tanto estresante, pero luego todo mejoró, hice buenos amigos, cumplí mis objetivos por los cuales fui y la experiencia fue genial”, manifestó.

Programa

El programa Summer Work and Travel Bridge USA, fue creado en el año 1961 por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. 

Con el motivo de que los estudiantes universitarios activos se beneficien de la experiencia de vivir y trabajar USA  por un periodo máximo de 4 meses. Así como afianzar los conocimientos que ya tiene del idioma inglés.

Sin embargo, aunque miles de jóvenes regresan al país con grandes cantidades de dinero tras sus ahorros, el Summer Work and Travel  no es un programa monetario.

“Los estudiantes que aplican no pueden hacerse la idea de que  los recursos que percibirán en USA vendrán con grandes cantidades de dinero“ , dijo el CEO Fundador de Ace International.

Aseguró que el programa permite un el salario que perciben los estudiantes para cubrir sus gastos.

Tik Tok

Hoy en día son diversos los jóvenes dominicanos que pueden ser encontrados en la plataforma de Tik Tok, hablando de su experiencia sobre el programa estadounidense. Así como ayudando o informado aquellos que piensan realizarlos.

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