La inseguridad y la arrabalización impera en los alrededores del emblemático parque Dicayagua, en el ensanche La Fe, construido en honor a un caballo que llevó su nombre y que se importó para la inauguración del entonces hipódromo Perla Antillana, durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
Su edificación coincidió con el centenario de la República, en 1944, sin embargo, opera como “car wash”, escenario de ventas de comida, parqueo de decenas de taxis y camiones de transporte de agua, que opacan el parque.

En un recorrido que realizó elCaribe, se constató con los múltiples usos que tiene ese espacio, que fue recinto de atracción familiar y que incluso hoy su nombre e historia se desconocen.

También, las frecuentes denuncias de atracos y robos que ocurren en los alrededores y en su interior, debido a la soledad y oscuridad que prevalece en la zona.

El parque tiene varios postes de luz, pero no tienen las lámparas colocadas.

Igualmente, carece de asientos , así como de monitoreo por parte de las autoridades municipales y policiales.

Juan de la Cruz, catedrático de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), detalla que el parque en sus inicios se llamó Sombra, por el caballo favorito y del cual era propietario Rafael Leónidas Trujillo Martínez (Ramfis), junto a su padre, Rafael Leonidas Trujillo Molina.

De la Cruz, explica que Sombra en varias ocasiones se enfrentó a Dicayagua, empero este último siempre le ganó en todos los encuentros, lo que provocó disgustos a la familia Trujillo.

“Ramfis hacia berrinches cuando ganaba Dicayagua. En todas las competencias quedó en primer lugar y eso no era del agrado de Trujillo, ni de su hijo”, dijo De La Cruz.

Dicayagua, perteneció al empresario español, Benigno Martínez.
Tras incontables triunfos el caballo, apareció muerto, presuntamente envenenado o ahogado en el Río Haina en el año 1956.

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