El economista Jaime Aristy Escuder destacó la importancia que tiene el sector construcción para la reactivación de la economía, por lo que planteó al Gobierno la necesidad de que se impulse una modificación de las leyes para que se acorten los plazos para la aprobación e inicio de las obras de infraestructura.

En su comentario económico que hace para el programa Enfoque Final, que se transmite por CDN, canal 37, Escuder expresó que en ese período de emergencia nacional, el gobierno del presidente Luis Abinader debe hacer expedito el proceso de aprobación e inicio de proyectos de infraestructura.

El exadministrador de Punta Catalina mencionó que en el marco de la Ley 340-06 los proyectos de infraestructura se licitan, adjudican e inician en un período de por lo menos nueve meses, mientras que en el marco de la Ley 47-20 de Alianzas Público-Privadas, se espera que los proyectos de infraestructura se presenten, liciten, adjudiquen e inicien en un periodo comprendido entre doce y dieciocho meses.

“Para promover la reactivación económica basada en la construcción de infraestructura, será necesario que el Gobierno acorte esos plazos”, dijo.

Agregó que en esta coyuntura de crisis de demanda agregada provocada por la pandemia del COVID-19 habría que realizar un análisis exhaustivo de la legislación disponible que pueda ser utilizada para facilitar la ejecución de los proyectos de infraestructura que mayor impacto tengan sobre el crecimiento económico nacional. “Eso es clave para que el año 2021 sea un año bueno”, insistió.

En ese contexto, el economista puntualizó que el sector construcción es el que tiene mayor peso en el Producto Interno Bruto (PIB) con un 12 y que, además, es la actividad económica que al combinar su expansión relativa por su ponderación, el PIB es la que más ha aportado al crecimiento económico en los últimos años.

A modo de ejemplo, Jaime Aristy Escuder citó que entre el año 2014 y 2019 el sector construcción aportó en promedio el 18.6% de la expansión del Producto Interno Bruto.

Dijo que esta actividad generó en ese período de tiempo 1.9 veces más que el comercio, 2.6 veces más que la manufactura local y 2.7 más que hoteles, bares y restaurantes.

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