Brasilia. La Cumbre Brasil-Caribe, celebrada este viernes en Brasilia, dejó una donación de 290 millones de dólares para Haití y renovadas promesas de apoyo para ese país antillano, frente al agravamiento de la crisis económica, política, social y humanitaria en que está sumergido.
La situación en Haití fue uno de los ejes de la cumbre convocada por el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a la que asistieron los presidentes de República Dominicana, Luis Abinader, y Guyana, Irfaan Ali, así como los primeros ministros de Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Santa Lucía y San Cristóbal y Nieves, y el vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés Mesa.
También estuvo presente el presidente del Consejo Presidencial de Transición (CPT) de Haití, Fritz Alphonse Jean, en tanto que Belice, Dominica, Granada, Jamaica, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago fueron representados a nivel ministerial. Pese a la preocupación por la escalada de violencia en Haití, la única acción concreta fue presentada por el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el brasileño Ilan Goldfajn, quien anunció una donación de unos 290 millones de dólares para Haití.
Según dijo ante los líderes reunidos en la cumbre, ese dinero financiará proyectos de alimentación escolar, así como la “recuperación de hospitales y otras infraestructuras básicas” e iniciativas del sector privado para “crear empleos y renta”.
Sin embargo, Golfajn, en declaraciones a periodistas, no supo explicar cómo será canalizada esa donación, aunque indicó que podría ser a través de organizaciones no gubernamentales o algún ministerio que “todavía funciona” en un país con las instituciones colapsadas.
Solamente precisó que el dinero no podrá ser utilizado en asuntos de seguridad pública, que es uno de los factores de agravamiento de la crisis en esa nación caribeña.
Poco dinero, pero mucho respaldo político
Si la donación anunciada este viernes por el BID parece escasa para las dimensiones de la policrisis que sufre Haití, solidaridad política y buenas intenciones sobran y fueron transmitidas al final de la cumbre por Lula y la primera ministra Mia Mottley, que ejerce la presidencia rotativa de la Comunidad del Caribe (Caricom).
“Los países caribeños siempre ejercieron un papel central en los esfuerzos de estabilización de Haití”, pero ahora “es preciso que haya una presencia más robusta de toda la comunidad internacional”, dijo Lula, quien pidió que “la ONU se implique más” en ese asunto.
Según Mottley: “Haití precisa del apoyo del mundo más que nunca”, pero como esa nación “no es un teatro de conflicto tradicional, es ignorada” por la mayor parte de la comunidad internacional.
La primera ministra de Barbados recordó que, actualmente, en medio del recrudecimiento de la violencia, la mitad de los cerca de once millones de haitianos está en situación de hambre y un diez por ciento de la población ha sido desplazada por las bandas armadas.
La queja de Lula
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó el “abandono e indiferencia” de la mayor parte de la comunidad frente a la crisis haitiana. “Haití no puede ser castigado eternamente por haber sido el primer país que se independizó en las Américas”, declaró Lula. Lula dijo que es necesario que toda América Latina y el Caribe, así como el conjunto de la comunidad internacional, “se involucren” más en la “dramática” situación de Haití.
Haití rechaza idea de dialogar con bandas
El Consejo Presidencial de Transición de Haití (CPT) rechazó de plano la propuesta del nuevo secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Albert Ramdin, quien sugirió la posibilidad de iniciar un diálogo con los grupos criminales con el fin de resolver la crisis que sufre el país.
“La sociedad haitiana, en todos sus componentes, ha sufrido duramente las consecuencias de la inseguridad criminal que azota al país desde hace varios años. Por ello, no concibe la negociación con los autores de estos actos atroces que ponen en peligro el futuro de la nación”, afirma el Consejo en un comunicado publicado en su página de Facebook.
El CPT elogia, no obstante, el compromiso de Ramdin con Haití y le asegura que trabajará en colaboración con el Gobierno, “sin descanso, en la búsqueda de soluciones adecuadas para recomponer el tejido social y sentar las bases de una paz duradera”.
Destaca que ha creado una comisión de apoyo para la puesta en marcha de la red nacional de centros de acogida y casas de reeducación para menores y niños soldados, con el fin de “ofrecer un futuro a quienes han sido doblemente víctimas de esta violencia sin precedentes”.