El gobierno, cuestionado por las compras de medicamentos para la COVID-19, procuró una vía para salir del hoyo. Las fallas en los procedimientos de compra en INAIPI le brindaron la oportunidad, y mostrar una ofensiva en la «lucha» contra la corrupción. Las revelaciones de Juan López, el sub director de INAIPI, son interesantes.
Resalta las «destituciones» por decreto, cuando ellos fueron nombrados administrativamente. Que Berlinesa Franco, la directora renunciante, era sometida a presión desde la Presidencia para que apurara compras para beneficiar a las familias con niños en los centros de INAIPI, de modo que fuera perceptible el apoyo del gobierno a las mismas, dentro de un empeño típicamente electoral.
Lo extraño es cómo Luis Abinader arremete indirectamente contra ellos, cuando el Gobierno anunció las cancelaciones la misma noche que él habló, robándole las portadas que tenía asegurada en los diarios.
